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La «pista ucraniana» añade confusión al sabotaje al gasoducto Nord Stream

Las últimas informaciones sobre el sabotaje a los gasoductos Nord Stream, una infraestructura de exportación de gas y un vínculo estratégico entre Rusia y el resto de Europa, han enmarañado aún más la madeja de las hipótesis sobre su autoría al atribuir el ataque a un grupo «proucraniano» después de que el periodista Seymour Hersh apuntara a la responsabilidad de EEUU.

Imagen de una de las fugas de gas tras las explosiones en los gasoductos. (AFP)

Casi seis meses después del sabotaje de los dos gasoductos submarinos Nord Stream en el Báltico, las nuevas informaciones sobre la autoría de la operación han añadido más preguntas que respuestas.

El martes, “The New York Times” apuntó a un «grupo proucraniano» basándose en fuentes de los servicios de Inteligencia estadounidenses.

Simultáneamente, la televisión pública ARD y otros medios alemanes identificaron una embarcación utilizada para el sabotaje por un grupo de seis personas, alquilada por una empresa con sede en Polonia y propiedad de dos ciudadanos ucranianos.

Las acusaciones fueron negadas por Kiev y calificadas por Moscú de «golpe mediático coordinado».

Con todo, ambas informaciones dejaban en el aire quién componía el grupo y otros detalles de la operación.

«La primera pregunta es por qué los estadounidenses dan esta información en este momento. ¿Por qué ahora, por qué no más detalles?», se pregunta el profesor Veli-Pekka Tynkkynen, de la Universidad de Helsinki. Quizá para «volver a poner este asunto en la agenda política» o para refutar la tesis del periodista de investigación Seymour Hersh, quien relató, citando a una fuente «conocedora de la operación», que buzos de la Marina estadounidense, ayudados por Noruega, habían colocado explosivos en junio que detonaron tres meses después.

EEUU, que había presionado durante meses para que no entrara en funcionamiento, rechazó cualquier implicación.

Las primeras investigaciones de Suecia, Alemania y Dinamarca dejaron claro que la operación requería una intervención a 70 metros de profundidad con apoyo en superficie durante varias horas en una zona altamente militarizada, es decir, una infraestructura que implicaba a un actor estatal y que descartaba a un grupo autónomo. Tanto el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, como la de Exteriores, Annalena Baerbock, advirtieron en contra de adoptar «conclusiones precipitadas» por las nuevas informaciones. «Para mí es un poco extraña esta historia. No tiene nada que ver con nosotros», afirmó el titular ucraniano de Defensa, Oleksi Reznikov.

La UE y la OTAN evitan pronunciarse, subrayando que hay que dejar avanzar las investigaciones nacionales.

Tras el sabotaje, cuando Kiev y medios occidentales apuntaban a la autoría rusa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que la UE respondería de la manera «más fuerte posible».

Wagner controla el este de Bajmut

El jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, anunció que las tropas rusas ya controlan toda la parte este de la ciudad ucraniana de Bajmut, «todo lo que está al este del río Bajmutka», tras más de ocho meses de combates en uno de los episodios más sangrientos de la campaña rusa en Ucrania. Según las autoridades de Donetsk, las tropas rusas han logrado estrechar el cerco y controlan cerca de la mitad de la ciudad. A pesar de que las vías de suministro, o de escape, se han reducido, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski; el comandante del Ejército de Tierra de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Valery Zaluzhny, anunciaron que mantendrán la defensa de Bajmut. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, por su parte, admitió que la ciudad podría «caer en los próximos días».GARA