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Un plan de 541 millones para impedir la llegada de migrantes a Gran Bretaña

Gran Bretaña abrirá un nuevo centro de detención en territorio galo y, junto al Estado francés, podrá en marcha un programa de vigilancia aérea, según el plan que, con un gasto de 541 millones de euros en tres años, busca contener la migración en el canal de la Mancha, y que acordaron ayer Emmanuel Macron y Rishi Sunak.

Migrantes comen en un campo de refugiados en Mardyck, al norte del Estado francés. (Saamer AL-DOUMY | AFP)

El primer ministro británico, Rishi Sunak, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pusieron de manifiesto ayer que las dificultades en la relación entre Gran Bretaña y el resto de Europa desaparecen cuando se trata de frenar los movimientos de personas que huyen de la guerra o la miseria. Ambos firmaron en París un plan a gran escala para contener la inmigración desde el Estado francés durante los próximos tres años, y que llega tras el golpe al derecho de asilo anunciado esta semana por el Gobierno británico.

Londres gastará con ese objetivo 541 millones de euros en ese período (141 millones en 2023-24, 191 en 2024-25 y 209 en 2025-26), con los que, entre otras medidas, abrirá un nuevo centro de detención en territorio francés.

Además, 500 nuevos agentes patrullarán las playas francesas para evitar la partida de migrantes, apoyados por drones y otras tecnologías de vigilancia. Un centro de coordinación con policías franceses destinados en Gran Bretaña funcionará 24 horas al día.

Los dos países habían firmado un acuerdo en noviembre contra los cruces de inmigrantes por el Canal. Pero la financiación estaba prevista hasta 2023 únicamente, y ayer decidieron continuar ese camino y reforzar los fondos.

Macron recordó que en 2022 se habían «impedido más de 1.300 cruces de barcos improvisados» y se habían desmantelado 55 «redes de delincuencia gracias al trabajo de la célula de Inteligencia conjunta franco-británica». Por el contrario, casi 46.000 pudieron cruzar el año pasado, según el Ejecutivo de Londres, que constató un aumento respecto a las 21.000 llegadas de 2021 y a las 8.417 de 2020.

El acuerdo llega solo unos días después de que anunciara la puesta en marcha de un plan nacional de dureza sin precedentes contra los migrantes que consigan llegar a las costas británicas y que reduce drásticamente el derecho de asilo. Incluye expulsiones en caliente sin posibilidad de petición de asilo y la devolución al país de origen o a un tercero sin relación alguna, como Rwanda, y ha sido objeto de duras críticas por parte de organizaciones humanitarias.

El plan firmado ayer fue el principal acuerdo en una reunión en la que también se firmaron otros en materia energética y ambos renovaron su apuesta por rearmar a Ucrania. Sunak aplaudió un «nuevo comienzo» tras los roces que los dos países han atravesado en los últimos meses y ve en esta nueva relación el inicio del acercamiento a la UE tras la ruptura del Brexit.

«Causará un daño devastador a quienes necesitan ayuda»

La Cruz Roja británica denunció el acuerdo de Londres y París contra la inmigración como una medida «enormemente cara, ineficaz y contraria las leyes internacionales que va a causar un daño devastador a hombres, mujeres y niños necesitados de ayuda». «Queríamos ver un sistema de asilo rápido y justo, pero también compasivo. El acuerdo de este viernes, sin embargo, nos lleva por un derrotero completamente distinto», lamentó la directora ejecutiva de Estrategia y Comunicación de Cruz Roja británica, Christina Marriott, que recordó que 160.000 personas esperan recibir una respuesta a su solicitud de asilo en Gran Bretaña. El director de Amnistía Internacional (AI) en Gran Bretaña para los Derechos de Migrantes y Refugiados, Steve Valdez-Symonds, lamentó también una medida «sin corazón» que tiene como objetivo final «eximir a Reino Unido de cualquier responsabilidad» en la crisis en el canal de la Mancha. «La petición de asilo es un derecho humano vital, no algo que se puede retirar a conveniencia política», recordó AI, que insistió en que Gran Bretaña recibe un número relativamente pequeño de inmigrantes en comparación con el resto del mundo, a los que trata «de manera cada vez más atroz». «El Gobierno británico ha destruido deliberadamente su propio sistema de asilo, y ahora persigue convertir esa destrucción en permanente, con terribles consecuencias», concluyó.GARA