No fue, ni mucho menos, el partido más brillante de ninguno de los dos en la presente edición del exitoso Urrezko Pala Pro de Mungia, pero dicen que las finales son para ganarlas y, sumando mucho más que unos Gaubeka-Urrutia que no fueron capaces de dar lo suyo, Fusto-Gordon, los dos mejores palistas del campeonato, se hicieron ayer con unas más que merecidas txapelas. Lo hicieron de una manera más cómoda de lo esperado, con un contundente 0-3 que, en un campeonato tan especial como este, hace justicia con los dos mejores palistas, tanto por separado como formando pareja, especialmente el zaguero sopeloztarra, declarado, por unanimidad, como el mejor palista del torneo.

A la tercera fue a la vencida para el zaguero vizcaino, que no terminó del todo satisfecho con su actuación, seguramente por las faltas de saque cometidas en un recinto para nada agradecido con los zagueros, pero también en eso fue más efectivo que un Urrutia que cometió hasta seis, alguna en momentos críticos como la tercera cometida en el tercer joko, con 6-7 en el marcador, cuando mejor pintaban las cosas para la pareja de Armintza, que había encadenado tres tantos consecutivos.

Fue un error que puso la sentencia a una final menos disputada de lo previsto, pero que para nada cambió el sino de la final, pues los azules fueron por delante desde el comienzo de la misma. Fue precisamente ese primer juego el más equilibrado de todos, con constantes igualadas hasta el último abrazo a 8. Justo antes, la suerte, que también juega, y a veces mucho, en las finales, parecía haberles sido esquiva a Fusto-Gordon, al romper el zaguero la pala, pero nada más lejos de la realidad, pues cerraron ese primer punto en una escapada de Fusto que pegó un milímetro por encima de la chapa.

MAYOR CONSISTENCIA

La pérdida de ese primer joko hizo mella en la pareja de un Gaubeka con pocas opciones de entrar en juego y un Urrutia superado por un Gordon que impuso su derecha. Enseguida se descolgaron tres tantos, una renta que ya no pudieron enmendar (6-10).

Tampoco en un tercer tanto marcado por las faltas de saque. Los tres primeros tantos se sumaron sin dar un pelotazo a buena y ese nuevo fallo en el 6-7 cerró cualquier intento de remontada.