El Bidasoa-Irun se queda a las puertas de los cuartos de final de la EHF European League al dejar escapar la renta de tres goles que defendía de la ida ante un Sporting de Portugal liderado por los hermanos Costa, que minimizaron los diez goles de Jon Azkue.

Las cosas empezaron muy feas para un Bidasoa fuera de partido, que encajaba en cada llegada local y que no encontraba el modo de frenar a Salvador para ir a remolque desde el primer minuto.

La renta que traía de la ida se esfumó en un santiamén y el equipo guipuzcoano tuvo que despertar por la vía rápida para que los portugueses no se fueran peligrosamente en el marcador tan pronto (8-4).

Los bidasotarras mejoraron su defensa, controlaban inicialmente a los Costa pero luego regalaban lo que no está permitido en un compromiso de tan alto nivel, entre pérdidas y lanzamientos desatinados con todo a favor, de forma que el Sporting aprovechó la oportunidad para estirar más las distancias.

El exguardameta del Barcelona, Leo Macial, se les hacía grande a los jugadores de Irun hasta que Jon Azkue empezó a esquivar al argentino, se enderezó el encuentro al descanso aunque con la sensación de que había muchos aspectos a corregir si querían tener opciones contra el mejor equipo portugués del momento.

El inicio del segundo tiempo fue como un duelo de pistoleros, con los talentosos Costa por parte local y Jon Azkue por el Bidasoa, intercambio en el que los de Cuétara se llevaron la mejor parte. El central de Orio empujó a su equipo a reducir las diferencias (18-16) para meterle de lleno en la eliminatoria.

Un nuevo arreón luso a falta de un cuarto de hora para el final volvió a encender las alarmas en el conjunto guipuzcoano tras encajar en un abrir y cerrar de ojos tres goles seguidos (26-21).

Los minutos postreros se jugaron mirando al marcador, con los de casa intentando que la renta no bajara de cuatro y un Bidasoa que se acercó con dos tantos de Rodrigo y Asier Nieto tirando eso sí más de corazón que de juego, para morir en la orilla cuando Martín Costa dio el golpe de gracia con sus últimos goles.