Dabid LAZKANOITURBURU

Recorte de pensiones francesas con nocturnidad y alevosía presidencial

No se puede decir que no lo anunciara, pero el presidente francés, Emmanuel Macron, no ha tardado ni horas para promulgar su reforma de pensiones tras el aval de los «sabios» del Constitucional. Nocturnidad que, junto con la alevosía con la que aprobó con triquiñuelas una ley tan impopular, ha vuelto a desenterrar un malestar que corre el riesgo de morir de exaltación movilizadora.

Fuego en la fachada de una comisaría en Rennes, Bretaña.
Fuego en la fachada de una comisaría en Rennes, Bretaña. (Damien MEYER | AFP)

Una vez recibido el aval del Constitucional, el Gobierno francés promulgó horas después, en la madrugada de ayer, el recorte de las pensiones, lo que fue duramente critricado por sindicatos y fuerzas de izquierda y sacó a la calle manifestaciones espontáneas que se saldaron con 138 detenidos, sobre todo en París y Rennes, ciudad universitaria bretona.

Aunque tenía hasta quince días para promulgar el texto en caso de que su grueso fuese validado jurídicamente, como sucedió, el Gobierno ya avisó el viernes de que tenía la intención de promulgar la ley este mismo fin de semana, después de que el Consejo Constitucional validara el retraso de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, la principal medida de la reforma de las pensiones aprobada por el Gabinete del presidente, Emmanuel Macron.

De este modo, el texto, que afecta gradualmente a los nacidos a partir de 1961, estará listo para entrar en vigor a partir de septiembre.

Además, el alto tribunal de «nueve sabios» rechazó la solicitud de que la reforma de las pensiones sea sometida a un referéndum de iniciativa ciudadana. Eso sí, el Constitucional se avino a analizar, antes del 3 de mayo, una nueva iniciativa reformada de referéndum presentada por la coalición parlamentaria de izquierda (NUPES), liderada por La France Insumise (LFI).

Si unimos a ello que fueron invalidados seis artículos, bien que menores, los opositores a la reforma, que es claramente impopular, albergan esperanzas para mantener el pulso, después de doce jornadas de huelgas y movilizaciones.

«LADRÓN DE VIDA»

El líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon, denunció que «Macron ha querido intimidar a toda Francia de la noche a la mañana». Tras tildar al inquilino de El Elíseo de «ladrón de vida», el candidato presidencial describió el proceso como «un absurdo despliegue de arrogancia (...) La lucha por la revocación de la ley es ahora una cuestión de dignidad», añadió.

El sindicato mayoritario, el CFDT, incitó a continuar con las protestas, y constató que «hay mucho enfado y ese enfado debe expresarse».

Esta organización, que lidera la movilización junto a la CGT, rechazó la invitación de Macron al Elíseo, formulada para el próximo martes.

El presidente defenderá su plan en un discurso televisado mañana a las 20.00 horas.

El portavoz del Gobierno francés, Olivier Véran, señaló que la edad de jubilación subirá «poco a poco».

La ultraderechista Marine Le Pen, líder en los sondeos a unas futuras presidenciales, llamó la atención por colgar un mensaje en Twitter sobre el cuarto aniversario del incendio en Notre Dame y no sobre la reforma de las pensiones.



Cara y cruz de las protestas

Si retrasar la edad de jubilación ya era de por sí impopular, la tramitación de la reforma ha incendiado los ánimos. Además de utilizar para ello una ley financiera y no una ley clásica, y de utilizar el artículo 47,1 de la Constitución para abreviar los debates, el Gobierno, temeroso de que la derecha clásica (gaullista) no garantizara su disciplina de voto, apeló al polémico artículo 49,3 para aprobar la ley por decreto y sin voto parlamentario.

Semejantes triquiñuelas no han hecho sino acrecentar la ira y sacar a la calle un malestar que va incluso más allá del tema de las pensiones.

En París se registró en la madrugada de ayer la quema de mobiliario urbano, en concreto una treintena de contenedores de basura, y enfrentamientos entre Policía y manifestantes que han desembocado en 112 detenciones. En Rennes, manifestantes quemaron la fachada de una comisaría y la puerta del convento de los Jacobinos, en unos sucesos que, según fuentes policiales, no estarían directamente relacionadas con la promulgación de la reforma.

Para ayer se anunciaban nuevas protestas, especialmente, pero no solo, en la ciudad bretona.D.L.