Marlaska defiende a Espejo alegando que no hay condena por sus torturas

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió ayer en el Senado el ascenso hasta la cúpula de la Guardia Civil del teniente general Arturo Espejo, implicado en la tortura y muerte de Mikel Zabalza, aduciendo no hay ninguna resolución judicial en su contra por aquellos hechos. Después pasó al contraataque preguntando a PNV y Geroa Bai por qué no vigilaron antes.

Defensa del implicado en torturas y contraataque frente a quienes le acusan. Esa fue ayer la táctica en el Senado del ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ante las preguntas de Almudena Otaola (PNV) y de Koldo Martínez (Geroa Bai), sobre el ascenso a la cúpula de la Guardia Civil del teniente general Arturo Espejo, implicado en las torturas y muerte de Mikel Zabalza.

Grande-Marlaska aseguró que no hay ninguna resolución judicial que confirme las acusaciones de tortura y «asesinato» contra Arturo Espejo, que en 1985 fue el instructor del arresto de Zabalza y relator de su supuesta fuga esposado y de su posterior hallazgo ahogado en el río. El ministro defendió la presunción de inocencia que asiste al teniente general de la Guardia Civil.

Cabe recordar que pese a que la obstrucción de sucesivos Gobiernos nunca ha permitido avanzar en el terreno judicial, hay grabaciones del Cesid en las que se reconoce la muerte por torturas de Mikel Zabalza, e informes oficiales del Gobierno de Lakua y pronunciamientos unánimes del Parlamento de Nafarroa que consideran increíble la versión oficial y lo reconocen como víctima de la violencia del Estado.

¿QUÉ HAN HECHO HASTA AHORA?

El siguiente paso del ministro fue pasar a la ofensiva contra los senadores de PNV y Geroa Bai preguntándoles «dónde han estado estos 37 años» mientras el hoy teniente general ha ido ascendiendo en el escalafón hasta llegar a la cúpula de la Guardia Civil. Grande-Marlaska se jactó de que lo han descubierto ahora porque desde el Ejecutivo decidieron enviarlo al Congreso para hablar del «caso Cuarteles», lo que en su opinión supone que no tienen nada que ocultar.

El ministro de Interior, que fue enfadándose y haciendo gestos ostensibles de ello, insistió en preguntar tanto a Otalora como a Martínez: «¿Dónde está su responsabilidad tanto que hablan? ¿Dónde hacen un seguimiento de las causas o de las personas que, según ustedes, no deberían tener la capacidad o la aptitud para desarrollar alguna función pública?».

Grande-Marlaska defendió también la actuación del Estado de derecho contra la llamada «guerra sucia» recordando que ha habido ministros, secretarios de Estado y altos cargos policiales encarcelados por estas causas. Lo que no dijo es por cuánto tiempo y cómo salieron indultados por distintos Gobiernos.

«PREMIADO UN TORTURADOR»

La senadora jeltzale Almudena Otaola comenzó rememorando que la madre de Mikel Zabalza, Garbiñe Garate, «acudió al cuartel de Intxaurrondo a preguntar por su hijo desaparecido tras haber sido detenido por la Guardia Civil. Su pregunta, ¿dónde está Miguel?, tuvo como humillante respuesta «búsquelo en objetos perdidos».

Volvió a pedir la desclasificación de los secretos oficiales que ocultan el caso. Y fue contundente al asegurar que «ha sido premiado un torturador». Añadió que «la falta de depuración de responsabilidades es una clara dejación de funciones por no decir otra cosa, pero, sobre todo, es demostrar a la familia de Mikel Zabalza que para el Gobierno español su tortura y muerte no tienen ninguna importancia, que no merecen ni justicia, ni verdad, ni reparación».

«¿QUÉ TEMEN, QUÉ LE DEBEN?»

Tras haber escuchado la respuesta a la senadora del PNV, el representante de Geroa Bai, Koldo Martínez, preguntó abiertamente al ministro: «¿Qué patología moral tiene el Gobierno de España que le impide desclasificar los informes relacionados con el asesinato de Mikel Zabalza? ¿Qué enfermedad moral le afecta al Gobierno que premia y ensalza a un guardia civil implicado en la muerte de Mikel Zabalza por torturas?».

Y después de que Grande-Marlaska le contestara, hizo otras dos preguntas aún más ácidas: «¿Qué le debe el Gobierno de Pedro Sánchez a Arturo Espejo? ¿Acaso tienen miedo ustedes a que pueda testificar qué cargos del Partido Socialista Obrero Español del Gobierno de Felipe González fueron cooperadores necesarios en el encubrimiento de un crimen cometido hace ya 37 años en plena transición?».

Por cierto, en cuanto a dónde estaba cada cual hace 37 años, el senador Koldo Martínez, médico de profesión, respondió al ministro que «el día que trajeron el cuerpo de Mikel Zabalza al hospital, recogido del río, adonde fue llevado porque él no se ahogó allí, yo estaba de guardia en el hospital. No lo olvidaré nunca».