Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
CONSPIRACIÓN EN EL CAIRO

Crímenes y misterio en la trastienda egipcia

La escenografía poderosa de la Universidad Al-Azhar de Egipto asume gran parte del protagonismo de este singular thriller, que guarda ciertos paralelismos con “El nombre de la rosa”, sobre todo en lo relativo a este escenario monumental en el que recorremos sus sinuosos pasillos y trastienda oculta.

Tras la cámara, el director Tarik Saleh no se muestra especialmente habilidoso, sobre todo en lo concerniente a mantener el interés y el suspense que emana de una historia cuyas intenciones están por encima del resultado final. Buena parte de la culpa de todo ello se debe a que el director se sirve de giros de guion, a ratos muy desconcertantes, para elaborar un relato conspirativo cuyo misterio de diluye rápidamente.

ESTADO Y RELIGIÓN

Se detecta en el metraje que Saleh ha querido elaborar una especie de relato simbólico en torno a la relación intramuros que comparten los poderes fácticos de Egipto y la élite islámica sunita. Para ello se sirve de un engranaje argumental que chirría en exceso y centrado en los difíciles equilibrios que se establecen entre un modelo de república árabe que tiene en el islám su religión oficial.

El firmante de “El Cairo confidencial” construye un atractivo castillo de naipes en el que un agente secreto curtido recluta a un eminente estudiante para que se mueva en las entrañas de la universidad egipcia para evitar que los Hermanos Musulmanes -un grupo de yihadistas radicales que ambiciona el trono- se mantengan en el poder de la institución y, de esta manera, afianzar el equilibrio entre el Estado y la religión.

Por el camino se quedan diversas cuestiones que hubieran requerido un mayor y mejor tratamiento, tal vez más interesantes que el recurso de los asesinatos de imanes que condimentan su laberíntica trama.