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La evacuación de extranjeros deja más expuestos a los sudaneses

La evacuación masiva de ciudadanos extranjeros, sobre todo de estados occidentales, extiende el temor al aumento del caos en los combates entre militares golpistas en Sudán. Miles de sudaneses intentan huir también hacia países vecinos o regiones menos afectadas.

Un convoy deja Jartum hacia Port-Sudán. (Abubakarr JALLOH | AFP)

Decenas de miles de personas se han visto forzadas a desplazarse y huir a Egipto o Chad de los combates que estallaron el 15 de abril entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 2.000 personas han llegado a Sudán del Sur, y solo son los que cuentan con medios para lograrlo. La OIM espera que los más vulnerables lleguen más adelante.

Los enfrentamientos, que han provocado más de 420 muertos, han dejado además miles de desplazados internos en la capital, Jartum, y otras zonas afectadas por los combates, como los estados de Kordofán Norte, Darfur, Yazira, Senar, Nilo Blanco y Gedaref.

Mientras, durante un alto el fuego de 72 horas apenas cumplido, el Estado francés, Alemania, EEUU, Gran Bretaña, Bélgica, Países Bajos y otros países comenzaron ayer a evacuar a sus ciudadanos y personal diplomático. Italia, Grecia, Turquía y el Estado español, entre otros, también preparaban planes de evacuación.

Convoyes de decenas de vehículos blancos de la ONU y autobuses partieron de Jartum hacia Port-Sudán, en el este del país, a pesar de que aún se escuchaban disparos y explosiones en la capital y sus suburbios, sobrevolados por aviones de combate. Un ciudadano francés resultó herido en una de los operaciones.

Las evacuaciones son a veces individuales y a veces concertadas entre varios gobiernos. La operación británica involucró a más de 1.200 militares en coordinación con Washington, París y otros aliados.

«Exigir corredores seguros para evacuar a los extranjeros sin exigir al mismo tiempo el fin de la guerra sería terrible. Los actores internacionales tendrán menos influencia cuando abandonen el país: hagan lo que puedan para salir seguros pero no dejen a los sudaneses sin protección», pidió el investigador Hamid Khalafallah. En Jartum, los habitantes temen un resurgimiento de la violencia tras la salida de los extranjeros, en una ciudad privada de agua corriente y electricidad.

Ataques del Ejército y paramilitares ya han destruido o forzado el cierre del 72% de los hospitales en las zonas de combate. El conflicto ahora amenaza con extenderse más allá de las fronteras de Sudán.