Dos años y medio después de su marcha del Estado español, Juan Carlos de Borbón volvió ayer a pisar Euskal Herria. Concretamente Gasteiz, para un «asunto privado», que al parecer es una consulta médica. El aeropuerto de Foronda abrió sus puertas al lujoso avión emiratí en que se desplaza el rey emérito español que se marchó en agosto de 2020 a Abu Dhabi para poner tierra de por medio respecto a las investigaciones sobre irregularidades fiscales, luego desactivadas en su totalidad.

Juan Carlos de Borbón llegó a Gasteiz tras haber pasado por Londres, donde presenció el partido Chelsea-Real Madrid y visitó un selecto club, y después por Sanxenxo, donde intentó participar en unas regatas pero sin conseguirlo por el estado de la mar y su precariedad física. La visita ha disgustado tanto al Gobierno español como a la Casa Real a pesar de que el emérito ha intentado adoptar un perfil más bajo que en 2022.

El que fue rey español en activo desde la muerte de Franco a la abdicación (2014) se desplaza en un lujoso Royal Jet cuyo coste se estima en unos 50 millones de euros. La nave da cabida a un séquito que puede alcanzar las 20 personas, entre miembros de seguridad y todo tipo de asistentes. La opacidad en torno a quién paga todo esto resulta absoluta, y la versión oficial es que gran parte de ello corre a cargo del empresario y regatista Pedro Campos, que le ayudaría por pura amistad.

Los grupos de EH Bildu y ERC han pedido en el Congreso español que el Gobierno explique si parte de ese dinero sale de las arcas públicas.