El fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, una vez exhumado de Cuelgamuros, fue enterrado ayer en el cementerio madrileño de San Isidro. La llegada de sus restos fue acogida con saludos fascistas por un grupo de falangistas. Tres de ellos fueron detenidos tras los incidentes entre seguidores de Primo de Rivera y policías españoles.

Los restos mortales del fundador de la Falange, la ideología inspirada en el fascismo que alentó el golpe militar contra la república y provocó la Guerra del 36, salieron a primera hora de la mañana de Cuelgamuros, donde permanecían desde 1959, rumbo al cementerio de San Isidro, tras el acuerdo entre los familiares de quien se convirtiera en símbolo de la dictadura franquista y el Gobierno español en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática.

Los trabajos de exhumación comenzaron a primera hora en la basílica de Cuelgamuros a puerta cerrada y sin presencia de autoridades ni de medios de comunicación.

Un pequeño grupo de falangistas esperaba a la salida del valle, recibiendo con gritos de «¡Viva España!» y «José Antonio, ¡presente!» el paso del coche fúnebre con sus restos.

Críticas a la familia

Su llegada a San Isidro fue recibida por cerca de un centenar de falangistas haciendo el saludo fascista y cantando el “Cara al Sol”, mientras la Policía forcejeaba con algunos de los manifestantes. Los falangistas lanzaron críticas a la familia de Primo de Rivera por no haber «luchado lo suficiente» por evitar esta situación, a lo que sus allegados respondieron agradeciendo la «comprensión» de quienes «quieren y admiran» al líder falangista y han entendido «de forma serena» la decisión.

«Nos molesta la actitud profanadora del Gobierno de España al dictado de una basura de ley llamada de Memoria Democrática, que lo que hace es intentar reinventar la historia para decir quiénes son los buenos y quiénes son los malos», señaló Manuel Andrino, jefe estatal de La Falange.

«Hoy, la democracia española cumple con los valores democráticos de los países más avanzados de nuestro entorno, ya que no se homenajea en un lugar público ni al dictador ni al líder de la Falange», señalaron fuentes del Ministerio de la Presidencia y Memoria Democrática.

El PP acusó al Ejecutivo de utilizar la exhumación como un «juego de magia» y de «birlibirloque» para distraer la atención de los problemas de la ciudadanía.

Para IU, ayer fue «un gran día para la memoria democrática de este país», y Podemos consideró una buena noticia la exhumación.