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LAMPEDUSA

Récord de llegadas a Lampedusa, drama migratorio y paraíso turístico

Más de 4.000 migrantes han llegado solo en esta semana a Lampedusa, desbordando su único centro de acogida donde se hacinan ocho veces más personas de las que puede acoger. Muchos otros dejan su vida en el camino. En la isla italiana, el drama de la «puerta de Europa» convive con un paraíso turístico en el que apenas interfiere.

Guardas italianos rescatan una embarcación cerca de Lampedusa el pasado febrero.
Guardas italianos rescatan una embarcación cerca de Lampedusa el pasado febrero. (Ximena BORRAZAS | EUROPA PRESS)

Las oleadas migratorias que recibe la isla italiana de Lampedusa saltan a un primer plano cuando ocurren tragedias como el naufragio de 2013, en el que murieron 368 personas, pero se trata de un movimiento continuo. En lo que va de año han desembarcado en las costas del sur italiano 38.988 inmigrantes, cuatro veces más que los 9.673 que lo hicieron en el mismo periodo de 2022.

Esta semana han llegado casi 4.000 personas migrantes a Lampedusa, la mayoría desde Túnez, desbordando su único centro de acogida primaria, el de Contrada Imbriacola, con sitio para 400 personas y que el miércoles albergaba ya a 3.300, incluidos 300 menores.

Las condiciones higiénicas y sanitarias son, en consecuencia, precarias, con los inmigrantes durmiendo al raso sobre colchones sucios, con poca comida o resguardándose de un sol de justicia bajo los pinos de su patio.

El miércoles, alrededor de 700 personas más llegaron desde el norte de África, lo que agravó precaria situación del centro. Durante la noche, buques militares italianos interceptaron en alta mar diez barcazas ocupadas por un total de 435 inmigrantes procedentes de Camerún, Nigeria, Mali, Chad, Burkina Faso o Sudán del Sur.

Otros no lo consiguieron. La Guardia Costera italiana recuperó en el mar los cadáveres de dos mujeres, presumiblemente muertas en los tres naufragios del lunes, en los que se dio por desaparecidas a unas veinte personas. El Gobierno italiano de la ultraderechista Giorgia Meloni, además de declarar el «estado de emergencia migratorio» para potenciar las expulsiones, estudia el modo en el que aliviar toda esta situación ante un verano amenazado por un nuevo polvorín, la guerra en Sudán.

El ministro de Interior, Matteo Piantedosi, prevé intensificar los traslados desde Lampedusa a Sicilia o a la Italia penin- sular, algo que ya se hace cada tarde desde el muelle de la isla.

Para quienes huyen de la violencia y la miseria es la puerta de Europa, mientras para muchos es un paraíso vacacional de aguas turquesas y bellas playas. La pesca y el turismo eran su principal actividad, pero el drama de la migración empeoró con el caos en Libia, tras el derrocamiento de Muamar Gadafi. Las autoridades organizan las dos realidades de forma que una no interfiera en la otra. Los inmigrantes desembarcan en una zona de acceso restringido del puerto y luego son llevados al centro, en un rocoso valle, amurallado y vigilado por el Ejército. La vida dentro es un infierno donde los «rescatados» pasan días hacinados, hasta que son trasladados a Sicilia, pero esto, generalmente, también ocurre, de forma discreta, al caer la noche.

Fuera, la emergencia se evidencia sobre todo en la nutrida presencia policial, en las urgencias del ambulatorio o en el ajetreo en su Ayuntamiento. No hay ni rastro de inmigrantes por la calle ni nada que afecte a los turistas que ya empiezan a llegar a las casas alquiladas y a los restaurantes.



Al menos 55 muertos en un naufragio en la costa libia

Al menos 55 personas perdieron la vida, incluidas mujeres y menores, en un naufragio frente a la costa libia de Garabouli, al este de la capital, y cinco personas pudieron ser rescatadas cuando trataban de alcanzar Europa en embarcaciones precarias. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de año más de 4.000 personas fueron interceptadas por los guardacostas libios y devueltas al país pese a ser considerado un lugar «no seguro», mientras que 310 fallecieron y 227 continúan desaparecidas.

En Túnez, entretanto, la Dirección General de la Guardia Nacional (DGGN) ha creado una línea gratuita de teléfono para denunciar las tentativas de migración irregular en medio de un repunte de salidas desde el país magrebí, impulsadas por las políticas xenófobas de su presidente.GARA