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Se agrava la crisis migratoria en la frontera entre Chile y Perú

Chile considera «prioritario» la apertura de un corredor humanitario para la salida de las cientos de personas migrantes en situación irregular que se agolpan desde hace semanas en la frontera para salir hacia Perú, que niega que esté «militarizando» la línea divisoria.

Policías peruanos impiden el cruce la frontera a decenas de migantes. (Javier RUMICHE | AFP)

El Gobierno de Perú negó ayer que vaya a «militarizar» la frontera con Chile, cuyo Ejecutivo pidió un corredor humanitario para la salida hacia el norte de cientos de migrantes varados allí, y remarcó que respetará un acuerdo con ese país para que sus Fuerzas Armadas se mantengan, cuando menos, a cien metros de la zona limítrofe.

El ministro peruano de Defensa, Jorge Chávez, declaró antes de viajar a la localidad fronteriza de Tacna que el contacto de las personas migrantes en la frontera será con al Policía, y que los militares están allí para apoyar en las labores de vigilancia «a partir de los cien metros hacia la retaguardia», después de que medios locales informaran de la llegada de soldados hasta el puesto de control peruano de Santa Rosa con trajes y armamento de campaña en camiones portatropas, blindados y vehículos ligeros.

«Nuestro objetivo ahora es controlar la crisis que se ha generado en la frontera, pero el objetivo principal de fondo es crear un corredor humanitario desde Chile para que estas personas logren volver a su país», indicó el subsecretario de Interior de Chile, Manuel Monsalve, en una rueda de prensa cerca de la frontera con Perú.

Las autoridades de ambos países mantuvieron reuniones para buscar una solución a la crisis humanitaria en la frontera, pero las dos partes subrayaron que un corredor humanitario, aéreo o terrestre, aún requiere de la voluntad y el compromiso de los países a los que los migrantes quieren retornar, incluso para plantear otra salida.

Monsalve señaló que su Gobierno desplegará puntos de registro civil para que los migrantes puedan identificarse antes de salir de Chile, para evitar que lo haga quien haya cometido algún delito. «La mayoría de las personas en situación irregular en Chile quiere salir, y volver particularmente a Venezuela. Necesitamos puntos de control para conocer sus identidades y garantizar las condiciones humanitarias», añadió.

Cientos de personas esperan en la frontera norte de Chile obtener el permiso para salir del país, lo que ha provocado problemas humanitarios por la falta de servicios y el clima árido de la región. El conflicto escaló hace una semana, después de que el alcalde de Tacna, Pascual Güisa, tildara al presidente chileno, Gabriel Boric, de «irresponsable» y acusara a su Ejecutivo de «trasladar el problema a la frontera». El jueves hubo enfrentamientos y entradas irregulares en Perú.