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EDITORIALA

División sindical en una coyuntura de crisis global


Ayer se celebró el Primero de Mayo con movilizaciones de trabajadores en todo el mundo. En Euskal Herria se organizaron un buen número de manifestaciones en una jornada con un marcado carácter reivindicativo. Destacó la denuncia del alza del coste de la vida que caracteriza la actual coyuntura y que está afectando sobre todo a la clase trabajadora. Tampoco faltaron otras reivindicaciones como la mejora de las condiciones laborales o el rechazo a la reforma de las pensiones.

En las calles de Euskal Herria el sindicalismo dejó buena muestra de su naturaleza plural. Una diversidad que es signo de fortaleza y vitalidad, pero que también puede suponer un hándicap frente a la unidad de la patronal, gobernada con puño de hierro en defensa de sus intereses corporativos. Críticas más o menos veladas dejaron patente el cisma existente en el movimiento obrero. Por otro lado, los intentos de exclusión de LAB por parte de los sindicatos de obediencia estatal francesa en Ipar Euskal Herria tampoco aportan a la causa de los trabajadores. Con todo, a pesar de las discrepancias, los sindicatos en el Estado francés han sido capaces de plantear una lucha colectiva para alcanzar un objetivo común: tumbar la reforma de las pensiones recientemente aprobada por el Gobierno de Emmanuel Macron. En Hego Euskal Herria las discrepancias siguen marcando los límites de la acción sindical. En lo que sí parece que existe una posición compartida es en el apoyo a la convocatoria de una huelga general feminista que se anuncia para el próximo otoño. Tal vez esa huelga se convierta en el revulsivo que necesita el movimiento obrero para aspirar a otras metas.

En cualquier caso, la carestía de la vida, la creciente precariedad, el cambio climático, la progresiva competencia por los recursos naturales, la guerra y la crisis de los cuidados dibujan un futuro lleno de retos. El mundo está sumido en una crisis múltiple que está provocando ya cambios vertiginosos. Ante esa vorágine la lucha por recuperar la soberanía económica y política se hace más urgente para los trabajadores y los pueblos que quieran ser sujetos activos de su futuro.