GARA
PRIMERO DE MAYO EN EUSKAL HERRIA

Las movilizaciones reivindican la lucha sindical, discrepan en la estrategia

El Primero de Mayo se caracterizó ayer en Euskal Herria por la división sindical en las convocatorias y estrategias, con velados cruces de acusaciones entre ELA y LAB, pero una lectura común de la necesidad de una urgente mejora de las condiciones de la clase trabajadora. Las dos principales centrales vascas solo coincidieron en apoyar la huelga general feminista.

Llegada festiva de la manifestación de ELA a la plaza Circular de Bilbo.
Llegada festiva de la manifestación de ELA a la plaza Circular de Bilbo. (Marisol RAMIREZ | foku)

La reclamación de una mejora urgente de las condiciones de vida de la clase trabajadora fue común ayer en las convocatorias que se registraron ayer en Euskal Herria que, sin embargo, estuvieron caracterizadas por la dispersión de los sindicatos. Hubo coincidencias en la lectura de la actual situación de aguda crisis, pero diferencias notables en la estrategia propugnada por cada una de las central vascas para mejorar esa situación.

ELA y LAB escenificaron de nuevo su división, con lanzamiento de dardos cruzados en los discursos de sus dirigentes, aunque coincidieron en un punto: darle protagonismo a la huelga general feminista convocada por el movimiento feminista, que todavía no tiene fecha y a la que ambos sindicatos, cada por su lado, mostraron su apoyo.

Las centrales con más respaldo entre los trabajadores vascos desfilaron ayer por la Gran Vía bilbaina separadas por un centenar de metros. CCOO y UGT lo hicieron de forma conjunta.

LAB, que se manifestó también en Iruñea, Tutera, Donostia, Gasteiz, Eibar, Baiona y Maule, optó en Bilbo por un trayecto alternativo al recorrer la calle Hurtado de Amezaga. El coordinador general, Igor Arroyo, apuntó en Bilbo que «la gente de LAB sabe que los cambios no van a venir de una Mesa de Diálogo Social sino de la lucha, y que para ganar el pulso a la patronal hay que organizar luchas intersindicales» y destacó que LAB «va a disputar todos los espacios, luchando en los centros de trabajo, la calle y las instituciones».

En una velada alusión a ELA, con quien LAB mantiene importantes discrepancias de estrategia que han socavado la unidad sindical que mantenían hasta hace unos años, Arroyo apuntó que «el objetivo de la acción sindical no es sacar réditos como sindicato, sino avanzar como clase. Porque nosotros -agregó-, no nacimos para crecer como sindicato; sí que crecemos, pero nacimos para otra cosa: para liberarnos como clase y como pueblo. Y seguiremos luchando con esa ambición».

En Iruñea, el responsable del sindicato abertzale en Nafarroa, Imanol Karrera, dirigiéndose a la lehendakari María Chivite, que participaba en la manifestación de UGT y CCOO, lanzó una advertencia: «Este es un aviso al Gobierno de Navarra: paren ya la estrategia de privatización de la sanidad pública porque vamos a seguir denunciando cada paso que den y les advierto que no les va a gustar».

ELA, POR LAS HUELGAS

ELA, por su parte, salió a la calle en Iruñea y Bilbo. Ante cientos de militantes y delegados, además de una amplia representación de los comités que han ganado en sus luchas, el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, realizó en la capital vizcaina un discurso muy político. Fue crítico con los partidos vascos y los Gobiernos de Madrid, Gasteiz e Iruñea, se preguntó «¿dónde está la izquierda de este país?» -«se vaya pareciendo cada vez más a la derecha», se respondió- y defendió que «solo desde un modelo sindical de confrontación se puede hacer frente a los desafíos de la clase trabajadora; la organización, la militancia y la huelga son elementos fundamentales».

«Mucha gente nos pregunta estos días: ¿Cómo es posible que con el 6% de la población del Estado se hagan en Euskal Herria el 56% de las huelgas? La respuesta principal es la existencia de ELA», remató con orgullo. «Como sindicato mayoritario de este país -destacó-, ELA está orgullosa de que Euskal Herria esté a la cabeza del número de huelgas, porque hay un vínculo directo entre las huelgas y los logros obtenidos. ELA es el sindicato vasco que más huelgas hace, por eso es el que más y mejores convenios firma, más de 300 cada año», reivindicó. Aunque lamentó que «podrían ser más y mejores si la unidad de acción ELA y LAB funcionase», tras lo cual inquirió: «¿Qué unidad de acción prefiere la patronal? La alianza ELA-LAB o la alianza LAB-UGT-CCOO». Y se respondió que «evidentemente, la segunda. La patronal busca el acuerdo más barato y ya sabe dónde lo tiene».

«O SUBIDA O CONFLICTO»

UGT y CCOO compartieron movilizaciones en Iruñea, Gasteiz, Donostia y Bilbo. En la capital vizcaina, Loli García (CCOO) y Raúl Arza (UGT) plantearon a los empresarios vascos la disyuntiva de «o hay subida salarial y reparto de los beneficios que están obteniendo, o habrá conflicto». Ambos revindicadon los logros conseguidos por sus respectivas centrales para la mejora de las condiciones de trabajadores y pensionistas mediante la negociación y la movilización en estos últimos cuatro años, entre los que citaron la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 736 a 1.080 euros y la revalorización «histórica» de las pensiones, un 8,5% en 2023.

CUIDADOS, EN EL CENTRO

También se manifestaron juntos en Bilbo ESK, STEILAS y CGT con un mensaje claro: «El sistema capitalista, avaricioso y criminal sabe bien que sin cuidados, sin el trabajo de las mujeres, no son capaces de sostener la vida. Los cuidados no pueden seguir siendo un negocio ni un privilegio. Es el momento de que pongamos las vidas en el centro, de responder a los recortes de derechos fundamentales y en favor del derecho universal a los ciudados para que éstos dejen de ser negocio», apuntaron.

En Iruñea, en el acto convocado por Euskal Herriko Kontseilu Sozialistak -que denunció controles de la Guardia Civil a autobuses procedentes de otros puntos de Euskal Herria- se planteó la necesidad de «construir grandes partidos comunistas que se adapten a las condiciones actuales».

CNT, por su parte, recordó, que «en un contexto de crisis crónica para la clase trabajadora, golpeado por la carestía de la vida, el hecho de que miles de personas se movilicen más allá del folklore obrero, es un éxito». En las calles de Barakaldo, Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea «han vuelto a ondear las banderas rojinegras, demostrando que la clase obrera «se puede organizar de manera autónoma, defendiendo sus propios intereses de clase, ejerciendo de contrapoder frente a la patronal y al sindicalismo de concertación social».