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CICLISMO AMATEUR

Álex Díaz culminó con su podio en Santikutz su mejor día como ciclista

El urretxuarra ya encontró en la clásica de casa el año pasado un trampolín para sentir que podía estar con los mejores. Afronta desde hoy Bidasoa con la confianza de sus buenos resultados en un año clave.

Álex Díaz, con Zubeldia en Kirtenberg, donde cambió su mentalidad el año pasado. (Oskar MATXIN | FOKU)

Álex Díaz (Urretxu, 2001) logró el lunes un podio con sabor a triunfo en la Santikutz Klasika, que supuso un punto de inflexión el año pasado: «No he ganado nunca. Siempre, en juniors y sub’23, he sido regular y tengo puestos entre los diez primeros, pero un podio en una Copa de España en Santikutz, cerca de casa, es mi mejor día en el ciclismo».

Y eso que comenzó de alevín de primer año: «Hacía pelota, fútbol y ciclismo. Primero dejé la pelota y, tras el segundo año infantil, en cadetes, tenía que elegir entre fútbol y ciclismo. Me costó, pero no me arrepiento porque hasta juveniles en Bellota tuvimos un buen ambiente y todavía somos muy buenos amigos».

El primer año sub’23 lo corrió en el Eulen y ya lleva tres en Baqué, donde está «muy a gusto. El equipo hace un gran trabajo. Me han llevado super bien en todas las carreras, como en Santikutz, y estoy muy orgulloso de todo el equipo».

La clásica de casa ha sido clave en su progresión: «El año pasado me empecé a creer que podía estar adelante cuando me escapé en Kirtenberg, pasé el muro primero e hice octavo en meta. A partir de ahí fui tercero y octavo en las dos primeras etapas de Navarra, donde iba segundo en la general hasta que me caí el tercer día y no pude salir el cuarto cuando podía hacer algo bonito. Estuve un mes mal, le di la vuelta y conseguí buenos puestos».

MEJORÍA

Pese a su podio, «no considero que me vayan bien las subidas cortas, pero parece que sí porque en Lieja y Santikutz estos dos años he andado bien». Tampoco se ve rápido, pero el lunes fue segundo en el sprint del grupo persguidor de Unai Zubeldia: «Nunca he sprintado bien y no sé de donde saqué el sprint porque si llegamos en grupo suelo ser de los últimos. Este año he mejorado esa faceta, me coloco mejor. Hice segundo del grupo y así conseguí el podio».

Sobre la carrera del lunes recuerda que «el año pasado me escapé antes de Kirtenberg y éste también me fui ahí con otro compañero. Iba fuerte, pillamos la fuga e intenté escaparme, pero Laboral iba con cinco y era imposible. En Atagoiti, por fuerza no se puede soltar a nadie, en un grupo de 17 con cinco de ellos, sabía que mucha suerte debía tener para ganar. Les salió todo bien».

Su Santikutz se suma a su buen 25º puesto en su tercera Lieja sub’23: «En 2021 vi que iba bien, llegué a cinco minutos del ganador, pero nos descalificaron a tres de meta. En el segundo aguanté en el primer grupo hasta que faltaban cinco kilómetros y este año llegué con los mejores, con corredores continentales Top o filiales del World Tour. Verte con ciclistas del Jumbo o Soudal da bastante motivación».

Con esa moral disputa Bidasoa desde hoy al sábado: «El año pasado iba bien, pero me fui de lejos el último día y no pude hacer mucho, aunque fui octavo en una etapa y 16º en la general. Este año voy con más confianza, tranquilidad y ambición para correr con más sangre fría. No me quiero poner un objetivo. Quiero disfrutar. Sé que ganar es muy difícil, pero jugaremos a ganar».

En la primera etapa de hoy espera aguantar en Jaizkibel y cree que las dos últimas «se me pueden adaptar mejor». Tras Bidasoa, prevé correr Nafarroa, Madrid, en agosto el calendario vasco y en septiembre el Giro de Friuli, carrera UCI en la que fue 26º el año pasado: «El Baqué lo mejor que tiene es el calendario y un ambiente muy bueno. Nos llevamos todos bien y tengo confianza plena en el equipo».

Además del podio en Santikutz, fue quinto en una etapa de Extremadura y en Ereño, sexto en Gorla y Lazkao en un año en el que ha querido apostar por el ciclismo: «En junio acabo Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en los dos años anteriores he cogido asignaturas para tener ahora tranquilidad y poder tomarme uno enfocado más en la bicicleta. Sé que es difícil pasar y nunca me lo he planteado como un objetivo. Tiene que ser una consecuencia, con la tranquilidad de que ya tengo los estudios. Siempre voy dando pasos. Quiero ver hasta donde puedo llegar y, cuando llegue al tope, lo que sea, será».