Carlos GIL ZAMORA
Analista cultural

Rebaja de condena

Se ha conocido que Gerardo Ayo, el que colonizó durante décadas el Social Antzokia de Basauri, tras pactar con la fiscalía y reponer un cantidad de dinero, ha sido condenado a un año y varios meses de prisión por diversas actividades corruptas en su cargo, siendo las más probadas el cobro duplicado de dietas. Jubilado, la cantidad que ha entregado tras su confesión es mínima comparada con los destrozos que hizo desde su incorporación de manera recomendada.

Llegó, fue expulsando a quienes le habían enseñado el oficio, se cargó un festival que tenía un buen prestigio y una Escuela de Teatro que fue modélica y que simplemente le molestaba por el ruido que hacían, según contó. En paralelo subió en la estructura de poder del PNV local, se puso un sueldo descomunal, más que la alcaldía, y se paseó por todas las ferias, creando una red de cómplices y conmilitones a los que invitaba a comer en su txoko, que se hizo famoso en el reino de España. Eso le llevó a ser presidente de la Red de Teatros Públicos, dejando una huella nefasta. Es injusto que personajes de esta calaña sean defenestrados por acciones populares y judiciales, cuando era notorio su ritmo de vida, sus despropósitos de toda índole, y lo sabían todos aquellos que quisieron saberlo. Este que arriba firma ha sido vilipendiado por decir y escribir esta verdad ahora sentenciada. Sus cómplices deben estar poniendo las barbas a remojar.