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«Es el vecino el que elige al alcalde»

Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo van y vienen con la campaña electoral, con información justa sobre dónde están, pero lo que va a quedar para los próximos cuatro años son los ayuntamientos que elijamos ahora, las Juntas Generales y las diputaciones forales a las que den lugar, y el Parlamento de Nafarroa, que ni Sánchez ni Feijóo van a pisar si no es de visita, como en estos días.

Alberto Núñez Feijóo pasó ayer por Bilbo camino de Santander tras haber estado la víspera en Zaragoza, Iruñea y Gasteiz. (Aritz LOIOLA | FOKU)

De la colección de frases dislocadas de Mariano Rajoy rescatamos la pronunciada el 2 de diciembre de 2015 en la localidad zamorana de Benavente: «Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde». Parece que lo que el expresidente sustituido por un bolso en su escaño del Congreso quería defender era el derecho a gobernar de la lista mas votada, que cada partido esgrime tan solo cuando le conviene. Pero ahora llega a esta página por otros motivos.

Ayer visitó Gasteiz el actual presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, justo después de que Alberto Núñez Feijóo saliera camino de Santander tras haber recorrido en un par de días Iruñea, la propia capital alavesa y Bilbo (no es raro que con tanto trajín creyera estar en Andalucía, con las pupilas dilatadas ¿por el sol?, mientras pisaba Badajoz). Se pudo advertir que ambos están a sus cosas, que son las de la batalla futura por la Moncloa.

Van tan cegados por sus obsesiones (y nos tienen por tan idiotas), que el presidente del PP dijo cosas como que «si hay leyes indecentes, cambiémoslas», en referencia a la Ley de Partidos que redactó el Gobierno de la mayoría absoluta de un tal José María Aznar. ¿Aznar, un indecente? Muchos estarían por aquí de acuerdo.

PERO, A LO QUE VAMOS. LAS DEL 28 DE MAYO NO SON UNAS ELECCIONES PARA VER QUIÉN GANA EN CASTILLA-LA MANCHA O EN MADRID, AUNQUE LO PAREZCA

incluso en nuestros propios quioscos, donde últimamente hay portadas en las que tienen más protagonismo Emiliano García-Page o Isabel Díaz Ayuso que Elixabete Etxanobe o Javier Esparza.

Son elecciones para elegir concejales y concejalas, para decidir si la Alcaldía repite o se corrige, y lo mismo ocurre con los parlamentos y diputaciones forales, que en Nafarroa tiene rango de autonómicos. Así que a lo que habrá que estar atentas y atentos es a lo que vemos con nuestros propios ojos en cuanto salimos del portal, intentamos coger el autobús, hemos pedido un permiso de obra que no llega o cuando las aceras del centro están impolutas pero las baldosas del barrio escupen agua hacia dentro de la pernera del pantalón hasta tres días después del último chaparrón.

Tendremos que mirar también si las grandes decisiones se toman después de hablarlas con los implicados o se excusan cuando ya están pagadas.

Y podemos fijarnos además en si reconocemos a los convecinos que van en las listas del pueblo y creemos que merecen nuestra confianza, porque los conocemos desde siempre, más allá de lo que digan algunas campañas, o porque jamás les compraríamos, no ya un coche de segunda mano, sino la última quincalla subida por cualquiera de ellos a Wallapop.

Lo que vaya a pasar en nuestros ayuntamientos no son las primarias de nada ni un escalón hacia las próximas elecciones. Es en realidad la única oportunidad de tener durante los próximos cuatro años en el pleno municipal a quien cada cual crea que merece la pena y que se sea alcalde o alcaldesa porque lo hemos votado el vecindario. Unas elecciones únicas.