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TOKIO

Japón busca mayor peso en un G7 que renueva la presión sobre China

La cumbre del G7 que comienza el viernes en Hiroshima buscará aumentar la presión de las sanciones contra Rusia y renovar los avisos hacia China, mientras el anfitrión, Japón, quiere aprovechar para extender su influencia en la región Asia-Pacífico y como potencia militar.

Patrulla policial frente al «toril» de Itsukuhsima, cerca de Hiroshima.
Patrulla policial frente al «toril» de Itsukuhsima, cerca de Hiroshima. (Richard A.BROOKS | AFP)

De nuevo el apoyo a Kiev en la guerra de Ucrania y la rivalidad con China centrarán la reunión del G7 (EEUU, Gran Bretaña, Estado francés, Alemania, Italia, Japón y Canadá) que comienza el viernes en Hiroshima y probablemente la declaración conjunta final.

El presidente de EEUU, Joe Biden, planteará un veto casi total a las exportaciones hacia Rusia, en lugar de restringir sector por sector, mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quiere coordinar medidas para que Moscú no pueda eludir las sanciones a través de terceros países -entre ellos China-. Con todo, el principal problema, no es tanto el acuerdo en Hiroshima como con cada uno de los 27 miembros de la UE.

Biden también quiere anunciar avances relacionados con el gran plan de infraestructuras lanzado por el G7 el año pasado para contrarrestar el megaproyecto chino de inversiones en todo el mundo.

JAPÓN, POTENCIA MILITAR

Y en este contexto, el anfitrión de la cumbre, Japón, aspira a aprovechar la cita para consolidarse como un actor con mayor influencia global.

Tokio se ofrece como contrapeso militar y geopolítico a Pekín en la región Asia-Pacífico, tras el mayor giro en materia de defensa emprendido por Japón desde el fin de la II Guerra Mundial. El Gobierno que lidera Fumio Kishida ha acelerado su transformación hacia un peso pesado militar más integrado con EEUU y la OTAN, en cuya cumbre participó el año pasado en la primera asistencia de un líder nipón a una reunión de este tipo.

Su plan militar elevará el gasto al 2% del PIB y prevé adquirir armamento inédito en el país como misiles de largo alcance. El incremento del gasto militar previsto para los próximos cinco años situará a Japón como el tercer país del mundo con mayor presupuesto de Defensa, solo por detrás de EEUU y China.

Kishida ha aprovechado el creciente belicismo occidental en torno a Ucrania para cumplir una aspiración de hace años que, a su vez, complace a Washington, según Jeff Kingston, director de Estudios Asiáticos de la Universidad Temple de Japón.

También las maniobras marítimas chinas en torno a territorios disputados, el mayor acercamiento entre Pekín y Moscú, la escalada de tensiones alrededor de Taiwán y los desarrollos armamentísticos de Corea del Norte han impulsado el militarismo japonés, que esgrime la guerra de Ucrania como posible precedente de una crisis en Taiwán, lo que EEUU y las potencias europeas aprovechan para justificar el frente común.