XOLE ARAMENDI
DONOSTIA

Phyllida Barlow, el pensamiento y la acción se hacen uno en el momento de esculpir

Pensamiento y acción eran todo uno. Era la propia escutura la que guiaba el camino de Phyllida Barlow en el proceso creativo. Para ello, se decantaba por la utilización de materiales “pobres” que permiten una rápida manipulación. La obra de la artista inglesa ha llegado a Chillida Leku, donde abre hoy sus puertas.

La imponente obra de siete metros de altura preside el hall de Chillida Leku.
La imponente obra de siete metros de altura preside el hall de Chillida Leku. (Gorka RUBIO | FOKU)

Phyllida Barlow era la primera artista viva que iba a exponer en Chillida Leku, tras la experiencia como invitados protagonizada por Antoni Tàpies y Joan Miró. Tras su fallecimiento en marzo pasado, su muestra ve ahora la luz. El caserío Zabalaga acoge de esta manera una obra absolutamente contemporánea. Abrirá sus puertas hoy y se podrá visitar hasta el 22 de octubre.

En la presentación a los medios participaron Mireia Massagué, directora del museo; Luis Chillida, presidente de la Fundación Eduardo-Chillida Pilar Belzunce; Estela Solana, responsable de exposiciones de Chillida Leku y Nausica Sánchez, responsable de educación e investigación.

La escultura “Untitled: fallengunstyresandplacards” (2015) -se negaba a poner título inicial a sus esculturas, no quería definirlas- sale al paso del visitante en el exterior del museo. Son formas anulares gigantes de forma imperfecta esparcidas a lo largo de varios metros sobre tablas pintadas.

PRESENCIA DRAMÁTICA

Una vez dentro del caserío, las obras conducen al visitante por un recorrido que convierte el espacio en un escenario casi teatral en el que el público y los objetos son los protagonistas. La artista estudiaba los parámetros de los edificios para crear obstáculos imprevistos que daban a sus esculturas una presencia dramática. Una de las constantes en la trayectoria de Barlow fue la creación de narrativas espaciales en los paisajes y edificios en los que exponía su obra.

La imponente “Untitled: tower-holder” (2020) preside la entrada del caserío. Metal, espuma de poliuretano, algodón, tela de arpillera y cemento se alían para la concepción de esta obra que alcanza los siete metros de altura -queda a escasos 20 centímetros de distancia de los puntos más bajo del techo-. La artista incita al visitante a mirar arriba, a contemplar el punto en el que crea una conexión íntima con el caserío Zabalaga, a la vez que la desafía. «Es la invasión del espacio», recalcó Solana, algo que se repite a lo largo de la muestra.

CUESTIÓN DE MINUTOS

Barlow utiliza materiales considerados “pobres” y quiere que el espectador vea las “costuras” de la obra, el proceso de creación. Son materiales que permiten un proceso de creación vertiginoso. «El resultado se nos presenta en cuestión de minutos: la obra surge rápidamente y se pueden aplicar cambios de manera inmediata. El pensamiento y la acción se sincronizan y se convierten en uno. El tiempo se materializa. La velocidad se vuelve sensual, estimulante, esencial. Es una forma de dramatización», explicó la propia artista.

El montaje de la obra ha sido todo un reto, en palabras de Solana. Los miembros del equipo de la escultura han tenido que “rehacer” una vez más la obra “Untitled: tower-holder”, pieza a pieza. Destaca el contraste entre la dureza del cemento y la calidez de los trozos de tela anudados a él. «Son vendajes que curan la estructura», detalló.

En la primera planta se expone una selección de obras de diferentes épocas de Barlow, entre ellas las realizadas en 2022. Sobre todo son obras escultóricas, que se completan con una serie de dibujos y pinturas expuestas en la última sala. Profesora universitaria durante toda su vida, el reconocimiento artístico llegó tarde para Barlowe. Madre de cinco hijos, arañó minutos a su rutina diaria para crear. La creación era su aliento vital, al margen de su exposición pública. Redefinió el lenguaje de la escultura y rompió una y otra vez las convenciones, desafiando las nociones de monumentalidad y belleza.

Visitó el caserío Zabalaga de Hernani en otoño de 2022 para conocer el lugar que inspiraría parte de la obra expuesta ahora. Era sabida su admiración por la creación de Eduardo Chillida. Las esculturas “antimonumentales” de Barlowe conectan con algunos conceptos de la obra del artista vasco como la gravedad. Comparte con él su interés por el espacio, aunque se distancian en el planteamiento en lo que respecta a la materia.

Massagué destacó de ella su pretensión de «ampliar continuamente los límites del medio escultórico».

CONSTRUCCIÓN, DESTRUCCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN

Reconocida como una de las artistas contemporáneas con mayor proyección internacional, Barlow cuestionaba el concepto tradicional de escultura. «La noción de construcción, destrucción y reconstrucción como parte de un ciclo natural del paso del tiempo era una gran inquietud para la artista -indicó Solana-. La temporalidad, la fragilidad o los materiales ordinarios y su interrelación con el espacio juegan un papel importante en sus composiciones».

TIEMPO

Uno de los temas más importantes de la obra de Barlow es la presencia del tiempo y la capacidad particular de la escultura para proyectarlo. Ya sea el tiempo que ha transcurrido en el proceso creativo o el tiempo que invierte el espectador en interrogar y moverse por el espacio en el que se expone la obra. La sensación de que los objetos son cambiantes, frágiles o inestables está en armonía con la estética temporal de su obra: cruda y transparente.

Junto a la obra de mediado tamaño más reciente, la muestra incluye la armadura de acero inoxidable inacabada de una obra con la que Barlow quería completar la muestra. Una pequeña maqueta nos permite ver el método de creación de la artista: boceto, maqueta y obra a escala real.

«Mi problema a la hora de hacer esculturas es que no tengo por qué tener una conclusión en mente. Por ello, los acabados, las conclusiones y los desenlaces los construye la misma escutura y no yo. Crear una obra de arte es como empezar una relación a ojos cerrados, sin saber cómo evolucionará. Parece que es la posición en la que me siento más cómoda: no trabajo estrechamente con una imagen, sino con una colección de componentes bastante dispares entre sí. Luego llega el momento de intentar conectar esos componentes. Quizá en esto consista el experimento, dijo Barlow.

Consideraba que «la escultura se las ingenia para exigir al espectador que investigue, que husmee, que aceche, que se pasee alrededor de ella y la mire desde todas las perspectivas posibles. Se trata de experiencias materiales que nos impulsan a buscar comparaciones, a encontrar equivalentes emocionales y físicos que echen a volar nuestra imaginación y nos obliguen a cuestionarnos qué estamos mirando y qué está transmitiendo. No hay respuestas rápidas ni conclusiones lógicas, solo una confrontación directa, cruda y descarnada de nuestras emociones».

A través de alguna de las obras expuestas, Barlow se rebela ante la obra de artistas como el propio Chillida y Moore y al mismo tiempo reta al público con una escultura que parece que está a punto de caerse o a identificar el tipo de material utilizado -poliespam que simula la madera, por ejemplo-. Su práctica escultórica está en el límite de lo performativo.

ESTUDIANTES DE BELLAS ARTES

La muestra de Barlow ha permitido el desarrollo del primer Education Lab de Chillida Leku. Seis estudiantes de escultura de la facultad de Bellas Artes han creado una estructura inspirada en la creadora inglesa. La obra es colaborativa, ya que irá mutando y transformándose gracias a la intervención de los habrá talleres y visitas guiadas. Destaca la conferencia impartida por Frances Morris, directora emérita de la Tate Modern de Londres.