Raimundo FITERO
DE REOJO

Te quiero XY12-R

Una gran especialistas en robótica, Kate Darling, que trabaja en el MIT (Massachusetts Institut of Technology) que es un lugar de referencia en muchas investigaciones avanzadas en diversas tecnologías nos advierte de que es posible que podamos enamorarnos de un robot. Lo asegura con una naturalidad que nos coloca una vez más ante la duda abisal de lo que significa ser humano, el lugar de los sentimientos y las emociones en el propio campo de la persona y la capacidad que se atribuye a todos estos mecanismos automáticos que van adquiriendo autonomía debido a los avances de los algoritmos y eso que llamamos de manera inconcreta y mágica IA.

La sociología actual, como ciencia del comportamiento social de los individuos, han dado mensajes de socorro a la sicología aplicada de la tendencia de muchas personas al aislamiento, a la realidad virtual, irreal, montada en cada cabeza y con ayudas externas que llegan por las pantallas, que nos informan de actitud que se podría encuadrar en sintomatología de la misantropía. Pero de ahí a desarrollar relaciones de mor con un robot, me cuesta asimilar, pero probablemente escucharemos un te quiero dirigido a un tipo de artilugio robótico cuqui y, que a lo mejor se sonrojará y responderá con un metálico «yo también, Darling».

Así que enamorado de la tecnología punta, miro como se desmorona el hielo en el casquete polar ártico. ¿No inventarán un robot que luche contra el cambio climático? Me temo que en el ártico hay unas moles de hielo que, si se convierten en agua, será un problema muy grave para todos.