GARA Euskal Herriko egunkaria

El Alavés completa el primer paso superando a un Eibar inofensivo

Rebbach se abraza a sus compañeros celebrando el gol que dejaba a los albiazules con la eliminatoria muy a favor. (Jaizki FONTANDEDA | FOKU)

Llora el Eibar, festeja el Alavés. El equipo gasteiztarra completó el primer paso del camino que puede llevarle de vuelta a Primera imponiéndose a un Eibar que nunca dio la impresión de poder llevarse la eliminatoria y que vuelve a caer en la promoción tras dejar escapar un ascenso que había llegado a tocar con los dedos, en menor medida este curso.

Poco consuelo les queda a los azulgranas, que si en el partido de ida en Ipurua tuvieron sus momentos y acabaron neutralizando el gol de Sylla, ayer apenas lastimaron a un Alavés que se lleva la eliminatoria merecidamente y que ahora se las verá con el Levante. Este mismo domingo, con 24 horas menos de descanso que los granotas y a la espera de saber cuántos futbolistas pierde Luis García Plaza por las llamadas de los seleccionadores, disputará la ida en Mendizorrotza (21.00) y el próximo sábado en Valencia, la final que puede devolverle a Primera un año después de caer.

Aunque no pudo, ni quiso, celebrarlo hasta el gol de Villalibre en la recta final, el Alavés sentenció la eliminatoria nada más empezar el partido. Ya había advertido la víspera su entrenador que los babazorros no especularían y tratarían de asegurar la clasificación ganando el partido. Dicho y hecho, no se había cumplido el primer minuto cuando Rioja centraba desde la derecha y Rebbach, la única novedad del once junto al anunciado regreso de Blanco, remataba el 1-0. Mérito de los locales y demérito de un Eibar al que no le faltaban excusas bien fundamentadas -Correa, que había jugado 23 minutos desde diciembre fue titular, también Chema, ante la avalancha de bajas en defensa, además de otros movimientos menos entendibles- pero que estaba obligado a entrar al partido más tensionado que un rival al que le bastaba el empate.

Así que los armeros pasaron a necesitar marcar dos goles a un Alavés que solo ha encajado once en los 21 partidos que ha disputado en Mendizorrotza. En alguno tuvo que esforzarse más para conseguirlo que ayer ante un Eibar inofensivo. Rahmani protagonizó un par de escaramuzas pero Sivera no tuvo que intervenir hasta el último minuto del primer tiempo, y vaya si lo hizo bien, para repeler un chut de Correa desde la frontal.

Para entonces, el Alavés ya había perdido a Salva Sevilla por lesión aunque apenas lo notó un centro del campo bajo permanente dominio albiazul. También fue suyo en el segundo tiempo aunque el Eibar agradeció la entrada de Bautista y Aketxe primero, Corpas y Nolaskoain un poco después, y pisó algo más el área local.

Incluso volvió a exigir a Sivera, ahora con un remate de Stoichkov. Pero durante muchos minutos pareció un partido entre hombres y niños y se vio más cerca el segundo local que el primero visitante. Y así fue, de hecho. En el 88, Villalibre, que poco antes había filtrado un magnífico balón que Rebbach remató sobre el larguero, recibió ahora del argelino para sentenciar encuentro y eliminatoria con un disparo cruzado.