Tanto el PNV como EH Bildu han obtenido por parte de su base social un apoyo muy mayoritario a las candidaturas propuestas para concurrir a los comicios del 23 de julio. Unas elecciones que, según sostuvo el presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, «no van de quién se sienta en la Moncloa, si Sánchez o Feijóo», sino «de quién va a defender más y mejor los intereses de los vascos en Madrid», mientras que la coalición independentista concurre como «la única garantía para hacer frente a la agenda reaccionaria de las extremas derechas españolas».

Con el aval de entre el 97 y el 99% de la militancia, Iñaki Ruiz de Pinedo, Oskar Matute, Mertxe Aizpurua y Bel Pozueta lideran como hace cuatro años las planchas soberanistas al Congreso en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, respectivamente, mientras que al Senado optan como primera opción Josu Estarrona, Jasone Agirre, Gorka Elejabarrieta y Koldo Leoz, en esos herrialdes.

«CON VALENTÍA Y SIN TIBIEZA»

En un acto celebrado en Bilbo, Aizpurua y Matute presentaron las listas de EH Bildu como «la garantía» para avanzar en políticas progresistas «con valentía y sin tibieza», porque si no lo hacen ellos, advirtieron, «nadie va a defender los intereses de la ciudadanía vasca desde la izquierda».

Los candidatos y candidatas soberanistas aseguraron constituir un grupo «plural y comprometido», dispuesto a defender «con determinación los derechos del pueblo vasco en general y de los trabajadores vascos en particular» y a hacer frente a «los aires de involución que quieren imponer las derechas del Estado español». «Este pueblo se juega mucho en estas elecciones», añadieron, y apostillaron que en esta legislatura han demostrado «con creces» que «han priorizado» los intereses de la ciudadanía vasca sobre el interés partidista, así como su capacidad de negociación y acuerdo «con diferentes».

A este respecto, recordaron que en estos casi cuatro años han alcanzado acuerdos «significativos» como los relacionados con la ley de Vivienda, «el incremento de las pensiones no contributivas» y del salario mínimo, la ley de memoria democrática y «la gestión para las haciendas vascas de los impuestos a la banca, eléctricas y grandes fortunas».

«Estas medidas -insistieron- no habrían sido posibles sin el impulso, la voluntad y la fuerza negociadora de las fuerzas soberanistas».

Aizpurua y Matute valoraron, asimismo, que el 28 de mayo, en las pasadas elecciones municipales y forales, se inició «un nuevo ciclo político» tras el fuerte ascenso de EH Bildu y señalaron que el 23 de julio, en las elecciones estatales, «jugaremos la segunda vuelta de ese partido». En este sentido, invitaron a la ciudadanía a «refrendar en otra noche mágica» su proyecto político: «Necesitamos más fuerza -expusieron- para llevar a cabo cambios profundos y estructurales que transformen este sistema económico y social».

«NO ES EL AZUL O EL ROJO»

Esa noche que fue «mágica» para EH Bildu tuvo sin embargo un regusto amargo para el PNV, donde repiten al Congreso Aitor Esteban por Bizkaia y Mikel Largada por Araba, mientras en Gipuzkoa la primera será la senadora Maribel Vaquero, por delante de Joseba Agirretxe, propuesto inicialmente. En Nafarroa María Solana concurrirá con Geroa Bai. Nerea Ahedo (Bizkaia), Luque Uribe-Etxebarria (Gipuzkoa) Almudena Otaola (Araba) y Anika Luján (Nafarroa) liderarán las listas jelkides para la Cámara Alta.

Ortuzar declaró que el PNV «tiene una dilatada y acreditada trayectoria en la defensa de los intereses vascos en Madrid» y sostuvo que ha sido la fuerza «que más y mejor» los ha defendido. Por ello, apeló a que los ciudadanos y ciudadanas piensen «quién va a gestionar mejor» sus intereses.

Por su parte, Aitor Esteban, dijo que lo que está en juego en estas elecciones «no es el azul PP y el rojo PSOE. Es la defensa real de los intereses de Euskadi», y puso en valor que el PNV ha sido capaz de acordar y cooperar en los últimos años «con gobiernos de colores diferentes», logrando cosas como el blindaje del Concierto Económico, la renovación de la Ley Quinquenal del Cupo, la transferencia del Ingreso Mínimo Vital o la mejora de las pensiones, entre otras.