GARA Euskal Herriko egunkaria

Putin castiga la ciudad natal de Zelenski mientras asegura repeler la ofensiva

El Ejército ruso lanzó otra serie de ataques con misiles sobre Ucrania y mató a 11 personas en Kryviyi Rig, ciudad natal de Volodimir Zelenski, quien aseguró que, con dificultades, la contraofensiva avanza en el sur y el este. En cambio, Vladimir Putin afirmó que las tropas rusas han repelido los ataques con pérdidas «catastróficas» para Kiev.

Edificio alcanzado por misiles rusos en la ciudad de Kryvyi Rig, en el centro de Ucrania. (AFP)

Los ataques de misiles rusos en Kryvyi Rig, ciudad natal del presidente, Volodimir Zelenski, en el centro de Ucrania, mataron al menos a 11 personas y dejaron a otras 28 heridas antes del amanecer. Un edificio de cinco plantas resultó dañado en este bombardeo, que siguió a una noche en la que Moscú lanzó varios ataques más con misiles de crucero.

A la vez, Ucrania mantiene su ofensiva en el sur y el este, en la que asegura haber recuperado siete localidades y unos 90 kilómetros cuadrados después de una semana de combates en las regiones de Zaporiyia y Donetsk. También se adjudicó avances de «entre 250 y 700 metros» alrededor de la devastada ciudad de Bajmut, en el este, tomada en mayo por tropas de Rusia.

Zelenski afirmó que las persistentes lluvias están haciendo difícil la ofensiva, pero aseguró que sigue progresando.

Según analistas militares, Ucrania aún no ha lanzado el grueso de sus fuerzas en su contraofensiva, y sus avances aún se encuentran a diez o quince kilómetros de las principales defensas rusas. Las explicaciones de Kiev no aclaran aún si trata de testar los puntos débiles de las defensas rusas o son los primeros pasos de un avance.

Porque Moscú asegura que está repeliendo los ataques, como en la zona de Makarivka o Rivnopil, en Donetsk, y que mantiene sus líneas defensivas intactas, e insiste en el alto coste humano para Kiev de sus acciones, que eleva hasta a 600 muertos en 24 horas.

«El enemigo no ha tenido éxito en ninguna de estas áreas», insistió ayer el presidente ruso, Vladimir Putin, que aseguró que las pérdidas ucranianas «se acercan a un nivel que puede describirse como catastrófico» mientras las pérdidas rusas son «diez veces menores».

Según Putin, Kiev ha perdido «alrededor del 25% o quizás el 30% del equipo» proporcionado por Occidente, presentando la cifra de 160 tanques y más de 360 vehículos blindados, un optimismo que relativizó el líder del grupo mercenario Wagner, Yevgeni Prigozhin, indicado que se trata de pérdidas «normales en combate» y que las fuerzas ucranianas avanzan «de forma metódica y tranquila».

Por parte rusa, Putin admitió la pérdida de 54 tanques y reconoció que Rusia no se ha preparado lo suficiente para los ataques en su territorio, que obligaron a evacuar a miles de civiles, y que su Ejército necesita más munición de alta precisión y drones. «Claro que hay que reforzar la frontera (...) Se podía estar mejor preparado para esto», admitió.

Según el presidente francés, Emmanuel Macron, la contraofensiva ucraniana puede extenderse «durante varias semanas, incluso varios meses». Además, avanzó que los aliados van a intensificar los envíos de armas y municiones para suplir las pérdidas.

Moscú reivindicó la captura de tanques alemanes Leopard y vehículos blindados estadounidenses Bradley, suministrados por Occidente. El Gobierno ucraniano confía en reforzar su ofensiva desde el aire. Para ello, ha consultado con Australia sobre el estado de unos cuarenta cazas F-18 retirados del servicio y cuenta con la luz verde de EEUU a futuras entregas de cazas F-16 de fabricación estadounidense.

Washington anunció ayer, además, un nuevo paquete de ayuda militar, por valor de 325 millones de dólares, que incluye misiles antitanque, municiones para los sistemas Himars de largo alcance y 15 vehículos de combate Bradley. La semana pasada ya anunció el envío de otro paquete por valor de 2.100 millones de dólares con defensas antiaéreas y municiones, y que ya eleva a más de 39.700 millones el apoyo total en armamento a Kiev.