Koldo LANDALUZE
UNA VIDA NO TAN SIMPLE

Entre el frenesí y el anhelo de un espacio perdido

Félix Viscarret ha logrado un interesante equilibrio entre el drama y la comedia a la hora de abordar los vértigos de un grupo humano que cruzó la frontera de los 40 y que se enfrenta a un nuevo modelo vital y social cuando asumen el cuidado de sus hijos.

Al cineasta iruindarra le sobra el subrayado emocional o la risa estridente para elaborar un medido retrato coral desde el respeto y la cercanía. Lejos de mofarse de sus personajes, el director y guionista ha planteado una historia sin dobleces en la que, de manera directa, nos va revelando los diferentes estados de ánimo por los que atraviesan sus protagonistas.

De esta forma, lo cotidiano se muestra como un aspecto casi épico dentro de una mecánica cotidiana marcada por las prisas y la sensación de que nuestro espacio se va diluyendo en torno nuestro.

ESPACIOS PROPIOS

Miki Esparbé, Álex García, Ana Polvorosa y Olaya Caldera conforman un cuarteto protagonista que transmite con precisión el desencanto, las confusiones emocionales y demás cuestiones relacionadas con el estrés al que parece que estamos abonados en los tiempos actuales y en una etapa vital en la que parece que las manecillas del reloj se aceleraron.

“Una vida no tan simple” es tan cercana como conmovedora, porque todo lo que circula ante los ojos del espectador es perfectamente reconocible. El pulso del director se muestra especialmente firme en los cambios de registro, en situaciones que provocan la sonrisa debido a los contratiempos derivados de la prisa y en esas distancias cortas que suelen surgir en conversaciones de adultos que nacen en los patios de los colegios o en los parques.