El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, confirmó que el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, está ya en Bielorrusia, en virtud del acuerdo alcanzado con Moscú para solventar el motín armado lanzado el fin de semana y que puso en cuestión incluso la autoridad del presidente ruso, Vladimir Putin.

Lukashenko, presentado como mediador en la crisis, explicó que Prigozhin ha recibido garantías de seguridad y se ofreció a acoger durante «un tiempo» al líder del grupo mercenario que ha desafiado al poder militar en Moscú.

La oferta lanzada la víspera por Putin de integrarse en el Ejército, exiliarse en Bielorrusia o irse a sus casas no supone la disolución del grupo y no deja del todo claro qué pasara ahora con sus miembros.

Prigozhin aseguraba contar con 25.000 hombres, pero Wagner cuenta también con fuerzas desplegadas en otros países, sobre todo en África.

Lukashenko aclaró que los que se exilien en territorio bielorruso no se instalarán en campamentos aunque sí facilitará su alojamiento.

Eso sí, no descartó aprovechar la fuerza mercenaria instalada en su territorio para sus propios objetivos. Así, sugirió que los miembros de Wagner podrían «ayudar» con su experiencia como fuerza de asalto, técnicas de combate y el manejo de armas. «Si sus comandantes vienen y nos ayudan... Es experiencia. Eran grupos de asalto en la vanguardia. Nos contarán lo que es importante ahora. Porque pasaron por todo esto (...) Sobre táctica, armamento, cómo avanzar y cómo defenderse. Es algo que no tiene precio. Esto es lo que debemos coger de los wagneritas», afirmó. «Tenemos un enfoque práctico al respecto. No hay motivo para temerles», insistió.

Sí negó que vaya a recurrir a Wagner para proteger las armas nucleares tácticas enviadas por Rusia.

Lukashenko, por otra parte, alabó el trabajo del ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, al que cree que «a veces se le critica inmerecidamente». Shoigu es el principal objetivo de las críticas de Prigozhin en el desarrollo de la guerra de Ucrania, y su intención de controlar las compañías militares privadas desde el 1 de julio fue la que provocó la rebelión y la marcha sobre Moscú, según el líder de Wagner.

Lukashenko asegura que advirtió a Prigozhin de que «nadie le entregaría a Shoigu o al (jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Valeri) Gerasimov», en una conversación durante la mediación.

Se levanta la causa penal

Prigozhin ya llevaba meses con críticas a altos mandos militares cada vez más duras hasta llegar a cruzar la «línea roja» de cuestionar las razones de la invasión de Ucrania. Y, a pesar de las críticas directas, de la rebelión calificada, de traición por el propio Putin, y de la marcha hacia Moscú ,en la que dejaron varios soldados rusos muertos, las autoridades de Moscú anunciaron ayer el archivo de todas las causas.

Prigozhin, por su parte, alegó el lunes que en ningún caso quería derrocar al poder ruso sino evitar la disolución del grupo mercenario.

Lukashenko sí reconoció errores, tanto por su parte como por la de Putin y Prigozhin, por no saber anticiparse a una situación «que se descontroló». Alertó de que «si Rusia colapsa, todos moriremos» y que «si hay una crisis Occidente instantáneamente se podrá aprovechar de ello», antes de insistir en que «nadie es un héroe: ni Putin ni Prigozhin». Aunque se haya levantado la causa penal contra los mercenarios, Moscú mantiene las medidas para disolverlos o al menos debilitar su posición. Así, el Ministerio de Defensa prepara la transferencia de equipo militar pesado que estaba en manos de Wagner a las tropas regulares.

Además, Putin advirtió de que se investigará el uso de los fondos transferidos a la compañía, cuyo mantenimiento reconoció que corre plenamente a cargo del Estado. Precisó que solo entre mayo de 2022 y mayo de 2023, le asignaron unos 1.014 millones de dólares y que Prigozhin ganó en un año unos 945 millones de dólares por el suministro de alimentos al Ejército ruso. «Espero que nadie haya robado nada o haya robado poco. Pero, sin duda, nos vamos a ocupar de eso», aseguró.

Avances ucranianos y más ayuda de EEUU

Kiev trata de avanzar en su contraofensiva durante la crisis surgida con Wagner en Rusia. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, celebró avances «en todas las direcciones». Las autoridades de Zaporiyia aseguraron haber repelido una nueva ofensiva ucraniana con artillería, infantería y blindados cerca de la localidad de Robotine. A la vez, Kiev denunció que dos personas murieron y 22 resultaron heridas por el impacto de un cohete en un restaurante de Kramatorsk.

Por otra parte, EEUU anunció otro paquete de ayuda militar para Ucrania valorado en 500 millones de dólares (456 millones de euros), que incluye munición para sistemas lanzacohetes Himars y misiles Patriot, además de decenas de vehículos, armas pequeñas y más de 22 millones de municiones, entre otras. Washington ha enviado ya un total de 41.200 millones de dólares (unos 7.500 millones de euros) en ayuda militar a KievGARA