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PARÍS

Revuelta contra el racismo policial: menos incidentes pero más graves

Varias ciudades francesas se despertaron groguis y en estado de shock tras la cuarta noche de disturbios, con menos incidentes y detenidos, pero con episodios tan graves como el intento de atentado contra un alcalde o milicias de extrema derecha con bates en las calles.

Ayuntamiento de L'Haÿ-les-Roses.
Ayuntamiento de L'Haÿ-les-Roses. (Geoffroy VAN DER HASSELT | AFP)

Superando en intensidad los disturbios de 2005, diferentes ciudades francesas han sido golpeadas de una manera sin precedentes por las consecuencias de la muerte del joven Nahel M. el pasado martes 27 de junio, en Nanterre. Una ira incontenible se palpa en los barrios populares, propiciada por problemas que se han escondido debajo de la alfombra y nuevamente, miles de coches quemados, cientos de negocios saqueados, alcaldes haciendo llamamientos al Estado para frenar una revuelta que, por cuarta noche consecutiva, tiene al país conteniendo la respiración y ha copado la atención global.

Según las autoridades que se afanan en defender con porra y mano dura el «orden republicano», la de anteayer fue una noche algo más calmada, se registraron menos incidentes y detenciones. Pero por el contrario, ocurrieron episodios realmente graves como el intento de atentado contra la vida del mediático alcalde de L'Haÿ-les-Roses, municipio del sur de París.

Según se denunció ante las televisiones, los atacantes habría utilizado un automóvil para atravesar las puertas y empotrarlo en la casa del alcalde, Vincent Jeanbrun, que estaba en su oficina supervisando la situación, y luego incendiaron el vehículo para que las llamas se extendieran a la casa. Cuando su esposa trató de huir con los niños, de cinco y siete años, fueron atacados con cohetes de fuegos artificiales. La madre y uno de los niños resultaron heridos.

El incidente ha causado conmoción generalizada y está siendo tratado como intento de asesinato. La primera ministra, Elisabeth Borne, lo describió como intolerable. Y el alcalde Jeanbrun lo calificó como un «intento de asesinato de una cobardía indescriptible que había cruzado una línea roja».

No fue el único incidente de gravedad. Diferentes medios denunciaron la presencia de «milicias» de extrema derecha en varias ciudades durante el fin de semana. Bandas de radicales racistas, armados con puños americanos y bates de béisbol, que recorrieron las calles de ciudades como Angers o Chambéry buscando el enfrentamiento directo con los jóvenes de los barrios populares y los activistas de izquierda, eso sí, sin ser molestados por la policía.