Raimundo FITERO
DE REOJO

Escrito en la frente

Las nuevas maneras de entretenimiento fuera de las clásicas intoxicaciones mediáticas de bodas que huelen a timo, con demasiados apellidos de la genealogía franquista y curas ardiendo, nos enseña asuntos de nuestro destino que no podemos estudiar en las analíticas pero que disponen a los otros a reconocerte. La frente de cada cual es un campo experimental donde se van impregnando módulos, grietas, pliegues que sirven para avanzar las intenciones que se fraguan en el interior. La parte exterior de nuestro cráneo se expresa de manera más sencilla que todo el proceloso sistema de funcionamiento de nuestro cerebro y sus fiestas bárbaras de las neuronas en ebullición.

Desde que alguien ha tenido la bondad de enseñarme esta nueva vía de conocer a los demás, ando preguntándome cuándo, cómo, por qué razón se decide emitir un voto en una dirección u otra. ¿Los que tenemos la frente despejada somos más propensos a ser fieles a un partido sin una duda razonable? Existen personas adultas, bien preparadas, que se informan en la medida de sus posibilidades que son (al menos lo eran) capaces de votar de tres maneras diferentes para el parlamento vasco, el español o el ayuntamiento de su localidad de residencia. ¿Esto es lo que llaman voto útil o se trata de un juego mental de naipes?

Así que los titulares militantes, las frases hechas, los eslóganes de mercadotecnia electoral se convierten en detritus ideológicos, porque la mentira estructural se manifiesta en la frente marchita con la misma intensidad y nadie sabe qué significa ser narcisista inútil o títere utilitario retrógrado.