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Resaca postsanferminera


Durante años, todas las mañanas que transcurren desde el 7 al 14 de julio este su seguro servidor ya en edad provecta se pone frente al televisor, con el músculo cardiaco encogido, para presenciar en directo por TVE1 los encierros sanfermineros. Desde el pasado año los comentaristas de la carrera son otros. Uno de ellos aquejado de una locuacidad exagerada, un flujo verbal inagotable y absolutamente desordenado, lo que viene a ser un individuo logorreico.

Todo, tanto el previo a la retransmisión del encierro, su escasos minutos de desarrollo, como las posteriores imágenes a cámara lenta son trufados de lugares comunes, tópicos y ocurrencias sin reflexión y a trompicones.

Las imágenes previas de “preparación” de los “corredores profesionales” (sic) captadas por las cámaras, es decir, seleccionadas, dan pampurrias. Gentes ataviadas con extrañas vestimentas más propias del Tour, a cada cual con la camiseta más chabacana fosforita o con toro y rojigualda incluida “pa” que le vean en la tele. El narciso hortera o el hortera narciso, con aspecto de lumpen votante de Vox, realizando estiramientos, genuflexiones varias y besando medallas de las diferentes vírgenes, todas madres de un tal Jesús. Algunos parecen entrar en trance mientras se persignan reiterativamente. Estas visiones son demasiado para un corazón ya encogido por la tensión propia del encierro; mis aurículas fibrilan como posesas. Más llevadero correr en Santo Domingo que oír y presenciar tanta bobada.

Por cierto, el siempre joven protagonista de esa retransmisión habrá celebrado el 25 aniversario del cierre de “Egin”. Aportó mucho su campaña de “Egin apunta. ETA dispara, HB aplaude y Pepe Rey se esconde” junto a sus correligionarios de EGI. Ahora, según anunció durante las retransmisiones de los encierros, va presentar El Conquistador en televisión española. ¿Le veremos ondear la rojigualda en las pruebas? No lo creo.