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La contraofensiva de Kiev se estanca tras la pérdida de material bélico

Ucrania admite estar en una posición defensiva en el frente oriental y ralentiza su contraofensiva tras la pérdida de material bélico ante las defensas rusas. Vladimir Putin, que tampoco puede presentar grandes avances, asegura que Kiev tiene que recurrir a las bombas de racimo de EEUU por falta de munición y avisa de que también Moscú las usará.

Un artillero ucraniano en una posición en el frente de Bajmut. (Anatoli STEPANOV | AFP)

La viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Malyar, reconoció ayer que el Ejército ucraniano se encuentra en una posición defensiva en el este del país. «Durante dos días seguidos, el enemigo atacó activamente en el sector de Kupyansk de la región de Jarkov. Se están produciendo feroces combates y las posiciones están cambiando varias veces al día», señaló.

La víspera, Kiev admitió que la contraofensiva no avanza al ritmo que había previsto y pidió de nuevo a sus aliados más armas y artillería de largo alcance.

El avance más significativo de las fuerzas ucranianas se produce en el entorno de Bajmut, ciudad bajo control ruso tras batallas devastadoras durante diez meses. «En Bajmut hoy mismo bombardeamos al enemigo y el enemigo nos bombardea a nosotros», señaló Malyar. También continúan las operaciones ofensivas en dirección a Melitopol y Berdiansk, en el sur.

Según el diario “New York Times”, que cita fuentes militares europeas y estadounidenses, Kiev perdió el 20% del material bélico desplegado en el campo de batalla en las dos primeras semanas de ofensiva, tras lo que frenó los ataques y reservó tropas y armas para un eventual nuevo avance relevante.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró que la contraofensiva del Ejército ucraniano no está siendo exitosa y no ha pedido romper las defensas rusas aun usando reservas estratégica.

En una entrevista con el canal de televisión Rossia-1, consideró la situación «positiva» para las fuerzas rusas en el frente. Aseguró que las tropas rusas ««incluso pasan a la ofensiva en ciertos sectores y capturan posiciones más ventajosas». Con todo, tampoco Moscú puede mostrar importantes tomas de territorio.

Dirigida desde junio con el apoyo de armas pesadas entregadas por Occidente, la contraofensiva ucraniana avanza lentamente contra las tropas rusas que han tenido tiempo para establecer defensas sólidas, incluidos grandes campos de minas, y aún tienen una potencia de fuego significativa.

Rusia anunció, por otra parte, que neutralizó al menos diez drones ucranianos aéreos y submarinos cerca de Sebastopol, en la península de Crimea.

BOMBAS DE RACIMO

Por otra parte, Putin definió como «criminal» la entrega de bombas de racimo y advirtió de que se reserva el derecho de actuar «de forma recíproca». A su juicio, la entrega a Kiev de estos artefactos por parte de EEUU deriva de una escasez general de municiones, sobre todo proyectiles de calibre 155 milímetros que los aliados de Kiev no pueden compensar. «No encontraron nada mejor para proponer que el uso de bombas de racimo», afirmó.

El presidente de EEUU, Joe Biden, defendió la semana pasada la decisión de entregar bombas de racimo a Ucrania porque «esta guerra va de munición». EEUU, Ucrania y Rusia no han firmado la convención para prohibir estas bombas, que estallan esparciendo un gran número de explosivos más pequeños de forma indiscriminada. Una gran parte no llega a explotar y sigue constituyendo una amenaza durante años.



Expira el acuerdo del grano sin certeza sobre su prórroga

El acuerdo para la exportación de cereales ucranianos expira esta noche sin que esté claro si se prorrogará. Vladimir Putin le comunicó ayer al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, que el acuerdo no está cumpliendo los objetivos, sobre todo la entrega de cereales a los países necesitados, especialmente en el continente africano. Además, enfatizó que los envíos de productos alimenticios y fertilizantes rusos siguen prácticamente paralizados a pesar de lo recogido en el acuerdo. La Casa Blanca advirtió a Moscú que si no prorroga el acuerdo, tendrá «un alto coste diplomático».

Firmado en julio de 2022 y renovado en dos ocasiones, ha permitido sacar de los puertos ucranianos casi 33 millones de toneladas de cereales. Moscú denuncia que la mayoría va a parar a los mercados europeos.GARA