Ali SALEM ISELMU
Periodista y escritor saharaui
KOLABORAZIOA

La ilegalidad del acuerdo de pesca UE-Marruecos

Ahora que ha expirado el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos, ya no quedan argumentos morales y jurídicos para mantener cualquier actividad económica en el Sahara Occidental. El estatus de Territorio No Autónomo frente a la ocupación militar marroquí no deja dudas sobre esta cuestión. El ex secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, dejó su opinión muy clara al ver el avance de la Marcha Verde y la posterior firma de los Acuerdos de Madrid cuando dijo las siguientes palabras: «Debemos tener siempre en cuenta los sentimientos de los saharauis, que parecen bastante claros». El apoyo de los saharauis a la autodeterminación y a la independencia quedó patente en aquel entonces ante la misión de Naciones Unidas que visitó el territorio en 1975.

La sentencia del Tribunal General de la Unión Europea del 29 de septiembre de 2021 sobre el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos ha venido a ratificar otra del 2016 emitida por el mismo tribunal. En dichas sentencias se reconocía el estatus distinto del Sahara Occidental de Marruecos, que queda avalado por el informe del Asesor Jurídico de la ONU Hans Corel del año 2002. En dicho informe se examinaba la situación jurídica del territorio y sus recursos naturales, haciendo una comparación con los casos de Namibia cuando estaba ocupado por Sudáfrica antes de 1990 y el de Timor del Este con respecto a Indonesia. Ambos países hoy gozan de sus propios gobiernos y soberanías. En el caso del Sahara Occidental, el propio asesor de la ONU, el sueco Hans Corel, declaró «avergonzarse de ser europeo», al señalar que la Comisión Europea no tenía ninguna prueba de que el acuerdo beneficie al pueblo saharaui.

Los saharauis nunca se han posicionado en contra de las relaciones comerciales con otros países, siempre han mostrado su interés en que se desarrolle una relación con seguridad jurídica y ajustada al derecho internacional, esta ha sido una reclamación del Frente Polisario y la República Saharaui. Europa, Nueva Zelanda, Turquía y otros países que tienen relaciones comerciales con Marruecos deben saber que la verdadera soberanía está en manos del pueblo saharaui y solo el pueblo saharaui puede otorgar legitimidad a cualquier acuerdo económico.

Recuerdo cuando tenía ocho años y paseaba por las playas de Dajla, mi madre nos preparaba un plato exquisito de cherne con patatas y otras veces lo hacía con merluza, el océano Atlántico estaba poblado de bonitas olas y la brisa penetraba en la ciudad. En ese momento, los marroquíes no estaban en la ciudad y los saharauis eran la mayoría en su tierra. Hoy, buena parte del pueblo saharaui ha huido a los campamentos de refugiados en Argelia y a otros países. La oleada de colonos provenientes de Casa Blanca y Marrakech más el muro lleno de militares y minas impiden el retorno del pueblo saharaui y el fin de un conflicto en torno a la soberanía del Sahara Occidental.

Hoy es imposible para la mayoría de los saharauis disfrutar de las riquezas de su tierra, Marruecos se ha dedicado a su expolio y exportación, desde los fosfatos a las arenas, los tomates y otros productos.

Corresponde ahora recordar las palabras de James Baker, ex secretario de Estado americano, cuando puso todo su esfuerzo en conseguir una solución democrática como mediador de la ONU en el conflicto. Después de varias rondas de negociaciones y con el cuerpo electoral listo para votar el estatus final del territorio, decía: «Cuanto más cerca estábamos de la solución, los marroquíes se ponían más nerviosos ante la posibilidad de no ganar el referéndum».

Queda claro, pues, que solo el fin del expolio del Sahara Occidental por parte de Marruecos, el respeto de su estatus jurídico y los derechos humanos de su pueblo serán la llave que puede abrir una solución a un conflicto enquistado desde hace cincuenta años.

El acuerdo de pesca y cualquier acuerdo comercial futuro de Europa con Marruecos deben tener en cuenta el estatus distinto del Sahara Occidental y los derechos de su pueblo. El Tribunal Europeo de Luxemburgo y el informe de la asesoría de la ONU son bastante claros sobre los derechos de los habitantes de un Territorio No Autónomo. Solo una verdadera descolonización dejaría resuelto el tema de la soberanía en el marco de las Naciones Unidas.

Los saharauis han dado sobradas muestras de paciencia en aras de conseguir una solución que les devuelva la dignidad que les arrebató Marruecos con la Marcha Verde de 1975.