Tras confirmar a Élisabeth Borne como primera ministra, el presidente francés, Emmanuel Macron, opta por una crisis de Gabinete de «baja intensidad», según reconocían fuentes oficiales incluso antes de que el Elíseo remitiera a los medios la lista de nombramientos.

La materialización de la remodelación se convirtió en un ejercicio de cacofonía, con ministros que daban cuenta de su salida sin haberse anunciado oficialmente su cese y otros que confirmaban un nombramiento no oficializado.

El relevo del ministro Pap N'Diaye era un secreto a voces y en su lugar desembarca en Educación el todoterreno Gabriel Attal, que fue portavoz de Gobierno y ahora ejercía de responsable de Presupuesto, en binomio con Bruno Le Maire, ministro de Economía y uno de los pesos pesados que mantiene su cargo.

El bordelés Thomas Cazenave, ya miembro de la Comisión de Finanzas, sería el elegido para recoger la cartera que deja vacante Attal.

Mientras, Borne coloca a su exdirector de Gabinete Aurélien Rousseau al frente del Ministerio de Sanidad.

DE AZOTE A MINISTRA

Aurore Bergé, portavoz del grupo parlamentario de la mayoría presidencial, que ha ejercido de azote en el debate de la reforma de las pensiones, será promovida al Ministerio de Solidaridad. Adscrita a ese Departamento, Fadila Khataby, exmilitante del PS que luego recaló en el macronismo, ejercerá en la Secretaría que se ocupa de las personas con discapacidad

La ministra de Economía Social y Solidaria, Marlène Schiappa, seriamente tocada tras las revelaciones sobre el uso irregular de subvenciones en el «caso Marianne», sale del Gabinete.

Prisca Thevenot, diputada alsaciana de Rénaissance, sustituirá a Sarah El Haïryen en la Secretaría de Estado del Servicio Nacional Universal. La marsellesa y también electa de Rénaissance Sabrina Agresti-Roubache llega al Ministerio de Ciudad, del que sale Olivier Klein, cuestionado tras la revuelta en las banlieues que sucedió a la muerte de Nahel M.

Para la cartera anexa de Vivienda, se recurre al alcalde de Dunquerke, Patrice Vergriete (DVG, marca que engloba a electos de izquierda sin etiqueta de partido) en un aislado gesto hacia el «ala izquierda» que le permitirá dar un aire de apertura a una remodelación que inspira una vuelta a las esencias macronistas.

Prueba de ello es que Macron cumple con el peaje centrista al promover a un miembro de MoDem, Philippe Viger, al Ministerio de Ultramar.