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Interview
EUSEBIO UNZUE
Mánager general del Movistar Team

«Telefónica está de acuerdo en encontrar un segundo sponsor»

El máximo responsable de la estructura con más antigüedad del pelotón destaca la importancia de incorporar un segundo sponsor saudí para poder aumentar el presupuesto y atraer a corredores que en el ciclismo actual acaparan unos equipos que manejan mucho más dinero. Unzue reconoce el deseo de fichar a Carlos Rodríguez con esa inyección económica.

(SPRINT CYCLING AGENCY | MOVISTAR TEAM)

Unzue atiende a GARA en uno de los Tours más complicados que ha vivido su equipo desde que debutó en la prueba hace 40 años, en 1983, con un doblete de Ángel Arroyo, segundo en la general final, y Pedro Delgado en Puy de Dôme. Un puerto en el que Jorgenson estuvo a punto de dar al equipo navarro la victoria que se le niega desde 2019 y que habría permitido salvar la carrera.

Es un Tour especial para Movistar al cumplirse 40 años de su debut de la prueba en una edición que ha tenido finales de etapa en las dos ciudades donde el equipo Reynolds logró sus primeras victorias en Puy de Dôme y Morzine…
En el caso concreto de Morzine han sido varias veces. Hemos tenido algún disgusto también, pero hemos concentrado grandes momentos del equipo. El primer año estuvo a punto de ganar Arroyo, que cogió a todos los de la escapada menos al que ganó, entró a once segundos el día que se nos cayó Perico en la bajada de Joux Plane, y al año siguiente Ángel ganó en Morzine. También en 2012 con Nairo en Dauphiné y con Ion en 2016 en el Tour. Y lo pasamos mal en la crono de Cluses a Avoriaz con Miguel en el Tour de 1994 con Ugrumov, que cayó una tormenta en mitad de la crono, bajó doce grados la temperatura en tres kilómetros y lo dejó bloqueado. Comenzamos a subir la última parte de la crono a Avoriaz y, a pesar de la diferencia que tenía, perdía mucho tiempo y parecía que se nos escapaba el Tour el último día. Por suerte sus piernas reaccionaron a la granizada y al cambio de temperatura y los últimos seis kilómetros los hizo en condiciones.
En los últimos finales del Tour en Puy de Dôme ganaron en 1983, salieron de amarillo con Delgado en 1988 y casi repiten este año con Jorgenson…
Puy de Dôme es otro lugar histórico donde este año acariciamos la victoria hasta los últimos 500 metros que nos privó Woods. Habría sido un gran remate después de la espectacular etapa de Matteo, pero no pudo ser. Son demasiado exigentes esos últimos cuatro kilómetros, no le permitió al chaval ganar y al equipo recompensar los méritos que se han hecho en este Tour.

El 83 fue la mítica, la cronoescalada con doblete de Arroyo y Delgado, que le permitió a Ángel adelantar al segundo puesto. Ese Tour recuerdo que solo estuve cuatro días en la zona de Pirineos, estaba con el equipo amateur. Fuimos a la salida con las precauciones y miedo vistos los precedentes de los equipos españoles los años anteriores. Si hubiéramos sabido al inicio del Tour lo que sabíamos al final igual nos habríamos vuelto con Arroyo en lo alto del podio.

Etxabarri tuvo la visión de que el futuro pasaba por el Tour y el tiempo le ha dado la razón con siete victorias, otros siete podios, 34 etapas y siete triunfos por equipos…
Es la carrera donde el equipo ha destacado por encima de todo y ha marcado el modelo que hemos replicado durante toda nuestra historia enfocados a las grandes vueltas con ese gran recuerdo desde que nos estrenamos en el Tour. José Miguel Etxabarri era un hombre marcado por su pasado, aunque corto en el tiempo, en el Bic hasta que una caída le impidió su continuidad como profesional. En ese tiempo cimentó su idea de ciclismo, que pasaba por el ambiente francés y por el Tour. Su experiencia fue determinante y ha marcado las preferencias de nuestros objetivos y en la formación de nuestros equipos.
Llevan 41 Tours seguidos, nadie se acerca a eso. Los siguientes son Cofidis y FDJ, que se estrenaron en 1997.
Ni he pensado, ni voy a pensar en que hayamos sido culpables de nada. Pienso que este país, por la razón que sea, tiene una genética de hombres del deporte y lo vimos con Alcaraz el domingo, de crecer mitos, talentos, a veces sin entender por qué los tenemos. La genética ibérica ha dado ese montón de corredores que confiaron en el equipo para conseguir tantas cosas y nuestros sponsors son los que le han dado sentido a nuestras aventuras. El ciclo de Reynolds fue la bomba, el de Banesto fue una continuidad mejorada para llegar a la época más francesa con Illes Balears y Caisse d'Epargne que nos permitió vivir el Tour desde la perspectiva de un sponsor francés y el de Telefónica, que siempre han confiado y nos han permitido tener corredores interesantes para estar dignamente en estos 41 Tours.
¿Los dos últimos Tours son de los más duros del equipo con los agobios del pasado con los puntos, el bloqueo de Mas en las bajadas y sus abandonos, este año en la primera etapa, y al quedarse la última semana con cuatro ciclistas?
Son contracircunstancias que no están en los programas ni en los objetivos. Son las dificultades que toca a algunos equipos y otras a otros. Este año hemos perdido el primer día nuestra baza con un recorrido de este Tour con el que estábamos superilusionados para pelear, al menos, por el podio, estar en el Top 5 y conseguir una etapa.
Movistar no gana en el Tour desde que lo lograra Nairo Quintana en 2019. ¿Ganar aquí cada vez es más difícil?
Desgraciadamente aquí si la mala suerte no te respeta es difícil conseguir objetivos y así nos ha ocurrido. No hemos podido evitar la mala suerte, eso nos ha obligado a rehacer el objetivo desde el primer día y convertir las veinte etapas que quedaban en oportunidades cada día para compañeros que estaban preparados para arropar a un líder, con todo lo que eso significa. Al desaparecer les ha tocado luchar por estar presentes en las fugas y ver si algún día podíamos dar en la diana. Hemos estado cerca, la actitud está siendo increíble, inmejorable, cómo se han recuperado del gran hándicap que fue la ausencia de Enric.
¿Cómo motivan al equipo para seguir con cuatro ciclistas?
Cada vez el objetivo es más difícil porque el trabajo de estar presentes se lo reparten entre menos corredores y eso merma. Cuando vas al camión y ves en la mesa que falta medio equipo es duro, pero es de las cosas que cuando llegan toca digerirlas y tratar de convertirlas en una razón para conseguir el objetivo de estar en escapadas y buscar una victoria.
¿Cómo ha visto la carrera?
El Tour se ha convertido en una doble carrera, salvo los días de los sprints. La pelea cada día de salida por estar en las fugas está siendo muy atractiva y el hecho de ser televisadas en directo es una oportunidad para que la gente pueda disfrutar de los primeros kilómetros hasta que se hace la fuga, que es la parte más espectacular. Está la etapa de los fugados y la de los líderes a la que nos han acostumbrado cada día en un Tour tan marcado por las condiciones orográficas y por la velocidad. Cuando ves que el primero de la general está a 42 de media y que en una etapa de 4.500 metros de desnivel se completa a 38 queda claro el nivel de exigencia, que lo vimos desde las primeras etapas en Bilbao y Donostia. Nos parecía exagerado que se estuvieran peleando allí de esa manera por las bonificaciones.
¿Es bueno para el ciclismo que haya corredores tan superiores a los demás, aunque las audiencias son muy altas con esos duelos diarios?
Se repite el mismo desenlace cada día, pero no es menos cierto que hemos vivido momentos similares entre Hinault y Fignon, o Lemond y Fignon, con la diferencia más pequeña de ocho segundos el último día con un parisino perdiendo el amarillo en París. Este Tour ha ocurrido todo con anterioridad y marcan la diferencia cada día. El nivel medio del ciclismo es más elevado y han desaparecido las etapas tranquilas y, salvo los días de sprints que todas están condenadas al bloqueo de los equipos de los velocistas, todo es una especie de incertidumbre, saber qué puede pasar. Por eso es bueno y espectacular si añadimos la posibilidad de ver todo lo que sucede durante cuatro-cinco horas que permite ahora la televisión en directo.

Hay días que es tan espectacular la pelea por asegurarse la presencia los equipos en las fugas que el final es más light que todo el resto de la etapa. Esa especie de viejos rockeros salen ganando de esta pelea. Los días del Tourmalet y Morzine son los únicos en los que no ha llegado la fuga y quitando la de Hindley en todas las demás han ganado corredores veteranos como Woods, Pello Bilbao, Ion Izagirre, Kwiatkowski o Poels, gente con experiencia que en las carreras de tres semanas saben pasar por el anonimato, pero buscan sus etapas y cuando tienen la oportunidad sacan su calidad para ganar. La pelea entre Vingegaard y Pogacar y de sus equipos no ha permitido más, la carrera se ha convertido en una disputa entre ellos dos por la general y el resto a pensar en entrar en la fuga y a ver si me llega para estar dentro de los diez.

Se da por seguro que van a lograr un nuevo patrocinador para aumentar el presupuesto del equipo…
El día a día del ciclismo lo marca el aumento de los presupuestos de determinados equipos que les permite acaparar un nivel de corredores que abre diferencias importantes. Una razón de ser y de mejorar es aumentar los presupuestos para tener acceso a esos corredores. Telefónica está totalmente de acuerdo en encontrar un segundo sponsor ya para este año y tenemos una opción saudí. No está firmado, se está trabajando en una buena línea y nos centramos en ello.
¿Ese mayor presupuesto con el nuevo sponsor va a permitir fichar a Carlos Rodríguez?
Eso es por lo que trabajamos y tratamos de conseguir corredores así. Carlos es un corredor atractivo para nosotros desde que lo vimos en juveniles y el paso de los años no ha hecho más que confirmar su calidad. Estas semanas ha demostrado lo que vimos en su debut en la Vuelta, que a pesar de la caída fue capaz de acabar séptimo. Que sea uno de los siguientes hombres después de estos dos fenómenos le hace al chaval ser el deseo de mucha gente entre los que estamos nosotros.
Acaban contrato 23 ciclistas, entre ellos Gorka Izagirre, Óscar Rodríguez, que ya se comentó que podría dejar el equipo este año pese a tener contrato, e Imanol Erviti, que ya nos decía que cree que será su último. ¿Va a haber muchos cambios en la plantilla?
Más de la mitad del equipo tiene contrato ya. Hay renovaciones que se han ido cerrando y tampoco hay mucho sitio para cambios. Va a haber bajas y también chavales que después de haber tenido su oportunidad, algunos por falta de suerte, no será fácil que continúen, como pasa en todos los equipos. No hemos hablado aún de futuro con Gorka y en el caso de Imanol sí creo que afronta el año como su último.
¿Entre las bajas le apena perder a Jorgenson, con la progresión tan buena que lleva?
Sin duda es así, pero esto sabemos que es parte del ciclismo y vamos a ver si viene alguien capaz de llevar una trayectoria igual de interesante.
Oier Lazkano y Alex Aranburu sí tienen contrato. ¿Qué puede decir de su progresión?
Con Álex me alegro porque la segunda semana se ha mostrado con la calidad que tiene. Necesitaba, probablemente, verse en algunos grupos como los que se ha visto estos días porque es un termómetro de la calidad que uno tiene. Lo está haciendo muy bien y espero que esto le ayude a sentirse más seguro y convencido de sí mismo, de lo que puede hacer en ciertos días y carreras.

Oier, con su propia ambición, va dando unos pasos muy importantes y a toda esa fuerza que tiene cada vez se le están abriendo métodos de trabajo y también la profesionalización de sus hábitos de nutrición, entrenamientos... Esto está ayudando a ver a un Oier más brillante, versátil. Le hemos visto brillar en las clásicas en Bélgica, hacer alguna señora exhibición. Le hemos visto ganar una carrera de cuatro días, Boucles de la Mayenne, a su estilo y manera, como lo hizo en el campeonato de España de crono y de fondo. Trabajando un poco más tiene unas posibilidades muy buenas en este tipo de carreras. Físicamente, con el pedazo de cuerpo que tiene, está claro que para algunas cosas lo limitará y en otras podría ser una ventaja. El ciclismo moderno va por ahí, cada vez vemos más corredores por encima de los 70 kilos, que antes era impensable que pudieran ganar determinadas carreras. Todo está superprofesionalizado y eso les permite conseguir cosas muy importantes.

¿Dónde puede aportar más al equipo Oier Lazkano en un futuro con su progresión?
No sabría encasillarlo en un determinado tipo de corredor porque debe evolucionar en todos los sentidos y es muy joven. Cuando vaya cogiendo la experiencia que le van a dar las carreras y los años le van a ayudar a crecer y seguramente seguiremos viéndole hacer cosas como las que ha hecho con esa espectacularidad.