El Partido Conservador perdió dos de los tres escaños en juego en las elecciones parciales celebradas el jueves en Inglaterra, pero logró retener el simbólico bastión que perteneció al ex primer ministro Boris Johnson, salvando los muebles en unos comicios clave para las elecciones generales del próximo año.

El primer ministro, Rishi Sunak, que parecía encaminado a convertirse en el primer jefe de Gobierno en décadas que pierde tres escaños en un día, logró evitar una humillante debacle electoral. Pero estos comicios parciales -organizados a raíz de la dimisión de tres diputados- confirmaron la desconfianza de los votantes hacia una derecha que lleva 13 años en el poder.

Los tories, que con Johnson arrebataron en 2019 numerosos feudos obreros al Partido Laborista en el norte desindustrializado de Inglaterra, se han visto desde entonces deslegitimados por los escándalos y su incapacidad para hacer frente a la grave crisis del coste de la vida, marcada por la inflación más alta de los países del G7 y numerosas huelgas.

El Partido Conservador perdió ante el Partido Liberal Demócrata la circunscripción de Somerton y Frome, en el suroeste, antes en manos del tory David Warburton, que dimitió por su consumo de cocaína.

En el norte, el escaño conservador de Selby y Ainsty fue para los laboristas.

Y la antigua circunscripción de Johnson, Uxbridge y South Ruislip, en el noroeste de Londres, cayó del lado tory solo por 500 votos debido a un polémico proyecto del alcalde laborista para extender su oneroso impuesto a los vehículos más contaminantes.