Txoli MATEOS
Socióloga
JOPUNTUA

Estereotipos

A Rocío Vitero, la cabeza de lista de EH Bildu en Vitoria en las pasadas elecciones municipales, le gusta C. Tangana. El grupo de música favorito de Mikel Lezama, candidato a diputado general del PP en Gipuzkoa, es el ya disuelto Berri Txarrak. Y una de las canciones más conocidas de J Martina, “Mundu zahar”, es una versión del tema “Viejo mundo” del clásico cantaor flamenco Camarón de la Isla. Estos tres ejemplos del ámbito de la música desmontan otros tantos estereotipos existentes; a saber, que a una mujer feminista no le gusta la música urbana con contenido sexual a veces un tanto explícito; que un joven de derechas no puede ser fan del rock radical en euskara y el último, que la juventud vasca y euskaltzale no escucha flamenco. Los estereotipos son ideas construidas socialmente que atribuyen a los grupos (o a las personas) características sin ninguna base científica. Simplifican excesivamente la realidad social y no son buenos compañeros de viaje.

La muñeca Barbie ha sido durante décadas el estereotipo por excelencia de la mujer en nuestra sociedad: delgadísima, monísima y vestida de rosa. Cuando leí que Ryan Gosling se había prestado a ser Ken, el novio de Barbie, en una película que, a todas luces, iba a ser un bodrio monumental, no daba crédito. ¿La fase siguiente al “Me too” iba a ser Barbie? Bueno, pues he caído en el estereotipo de una forma vergonzosa. Según he leído, la película promueve la igualdad de género; pondera valores feministas e incluso visibiliza el daño que el patriarcado hace a los hombres.

También en política se hace mucho uso del estereotipo. El nacionalismo vasco, por ejemplo, en todas sus versiones, arrastra la fama de xenófobo desde Sabino Arana. Sin embargo, hace años ya que las investigaciones sociológicas han demostrado que el perfil de la persona no xenófoba es culta, de izquierdas… ¡y abertzale! Y parece que gracias al nacionalismo vasco, entre otros, será posible pararle los pies a la xenófoba ultraderecha española. De nada.