Koldo LANDALUZE
CRÍTICA: «MANSIÓN ENCANTADA»

Fantasmas a todo ritmo

En su intento por sacar rédito a una nueva franquicia basada en una de las atracciones más icónicas de sus parques temáticos, Disney recupera del olvido una idea que ya formuló hace veinte años en la fallida película dirigida por Rob Minkoff y protagonizada por Eddie Murphy. En el horizonte financiero de los de Burbank siempre asoma lo que cosecharon con “Piratas del Caribe” y, en este nuevo intento por iniciar una nueva franquicia, han contado con una surperproducción que quiere seguir la senda de “Jungle Cruise” y “Tomorrowland”, y que, sobre el papel, sorprende tan solo echando un vistazo a un lujoso reparto en el que topamos con unos dicharacheros Owen Wilson, Danny DeVito y Jamie Lee Curtis. A ello cabría sumar los apuntes que el mago de lo fantástico, Guillermo del Toro, ha aportado a la trama de una historia que alterna lo fantástico y la comedia y que tiene como objetivo seducir al público familiar durante el verano.

CASA CON CIERTO ENCANTO.

Ambas facetas, lo extraño y la risa, han sido tratadas en multitud de ocasiones y por separado en la temática de las casas encantadas, una escenografía muy apropiada para ello y que, en esta oportunidad, se traduce en la jornada noctura que comparten la propietaria de un edificio misterioso que contrató los servicios de un sacerdote, una médium y un historiador para acabar con las presencias de los espectros que habitan la mansión.

En su conjunto, “Mansión encantada” es tan previsible como eficaz, un producto realizado con cierta dignidad y que apuesta por lo festivo y el frenesí a la hora de invitarnos a visitar un escenario cambiante y habitado por seres paranormales de toda índole. Un pasatiempo entretenido que al menos no ofende y que consigue divertir y entretener en buena parte de su metraje.