Iratxe FRESNEDA
Docente e investigadora

Nadie hablará de las otras

Si escribes Barbie en el buscador de Google, la pantalla se vuelve rosa y brotan estrellitas. Esa muñeca, reinventada por Mattel y que aparecía en las casas de muchas personas durante nuestras infancias, me quedó bien lejos hasta hacerme mayorcita, hasta el momento en que uno de mis hermanos me regaló una Barbie negra (eso sí, con rasgos caucásicos). Desconozco qué ha sido de ella y reconozco que le corté el pelo como hice con la Nancy (pongamos que era una especie de versión española diseñada por la marca Famosa). Tenía una Nancy rubia y una Barbie negra, ambas con el pelo rapado, todo un lujo. Con los orígenes de ambas muñecas podríamos escribir mil y una historias, pero una de ellas me lleva hasta Bild Lilli Doll, la muñeca alemana para adultos de la que surgió Barbie cuando Mattel compró sus derechos. Bild Lilli Doll surgió del encargo de una caricatura para el periódico alemán “Bild Zeitung”, y el dibujo de un bebé se transformó, mediante una cola de caballo y un cuerpo sinuoso, en una mujer. En la viñeta, Lili era una secretaría que salía con hombres ricos y tenía tendencia a vestirse y desvestirse. De estos barros los lodazales de la Barbie, que vuelve a tener sus minutos de gloria gracias a la superproducción dirigida por Greta Gerwig (“Barbie”). La película apunta al rosa y divide a la crítica y, probablemente, a los seguidores de las muñecas. Posiblmente, nadie hablará de las barriguitas cuando hayamos muerto.