Rusia acusa a las potencias occidentales de intentar crear una coalición antirrusa en la reunión que se celebrará este fin de semana en Arabia Saudí para estudiar un arreglo de la guerra en Ucrania.

Moscú, que no ha sido invitado, había valorado en un principio «positivamente (...) cualquier intento de contribuir a un arreglo pacífico» y el Kremlin dijo que seguiría de cerca una reunión que «no será inútil si ayuda a Occidente entender que el plan de paz de Kiev es un callejón sin salida».

Pero ahora considera que «bajo el pretexto de una conversación con aquellos que no son indiferentes, de hecho, se quiere forjar una coalición antirrusa, mostrando la pseudo unidad del mundo por el rechazo a las acciones de Rusia».

La portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, estimó que la reunión «es un engaño, simplemente un cebo para los países que desean realmente un arreglo y quieren evitar una contienda de mayor magnitud».

De hecho, Ucrania ha presentado el encuentro como una forma de respaldar su propio plan de paz, que pasa por la retirada de las tropas rusas como primer paso. Zajarova subrayó que la «‘Fórmula Zelenski’ no tiene nada que ver con la paz» y que la reunión intenta «monopolizar el derecho a presentar iniciativas de paz», marginando otras propuestas. Insistió en que el plan de Zelenski es inadmisible para Moscú.

A la reunión en Arabia Saudí acudirán representantes de una treintena de países, no solo aliados de Kiev, sino también India o Brasil, que mantienen posturas más independientes. La elección de la ciudad saudí de Yeda, según diplomáticos occidentales, tendrían por objetivo animar también a China a participar.

Kiev quiere acercar a estos países a su fórmula, después de que Moscú afianzara la semana pasada sus alianzas en el continente africano con la cumbre Rusia-África.

Rusia considera que, por el momento, es imposible aplicar las iniciativas de paz china y africana por la falta de voluntad negociadora de Ucrania y sus aliados.

Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reprochó a la ONU su inmovilismo respecto al conflicto en Ucrania y lamentó que no actúe porque miembros permanentes del Consejo de Seguridad «son los que fomentan las guerras».

Mientras, los Ejércitos ucraniano y ruso continúan su pulso en el frente, con ofensivas en el este y el sur, y en la retaguardia. De madrugada, drones rusos atacaron la infraestructura portuaria e industrial de la región de Odessa, incluido el puerto fluvial de Izmail, en el Danubio, lo que afectaría a la exportación de cereales a través de Rumanía, donde un centenar de barcos esperan zarpar.