Koldo LANDALUZE
TODAS SOMOS JANE

Un mensaje desde el pasado con destino al presente

A través del guion de la excelente “Carol” -película dirigida por Todd Haynes-, Phyllis Nagy presentó unas credenciales cinematográficas que tienen en “Todas somos Jane” su correspondiente salto a su faceta como directora. Un paso decisivo que deja ciertas dudas en un debut fílmico muy saludable pero que adolece de cierta garra. Podría decirse que esta película capta con precisión una época convulsa pero desaprovecha las posibilidades que ofrecía el material sobre el que se sustenta un argumento que, en esta ocasión, ha sido escrito a cuatro manos por Hayley Schore y Roshan Sethipor. Sobre el papel, “Todas somos Jane” tiene es estilo un tanto forzado que muestran algunas producciones de estudio que se amparan en un estilo de cine independiente para dotar de mayor verismo a lo filmado. No obstante, son mayores las virtudes que encierra esta película que jamás oculta su intención de señalar directamente a las políticas ultraconservadoras de Estados Unidos, lanzando un mensaje recreado en el pasado pero en alusión muy clara a las corrientes trumpistas más actuales. La trama toma como base la historia real de una mujer de clase burguesa, católica, felizmente casada y con una hija adolescente, que se convirtió en un recurso muy fiable para aquellas mujeres que de manera inevitable tenían que recurrir a la clandestinidad para que les fueran practicados los abortos. Elizabeth Banks encarna a una mujer embarazada de un segundo hijo. Su vida, no obstante, corre peligro debido a una dolencia cardiaca que podría tener consecuencias fatales. La única vía de salida que le queda es interrumpir su embarazo a través de una organización clandestina liderada por una entusiasta Sigourney Weaver.