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HÁBLAME

La viralización del miedo


Si en los noventa el maestro Wes Craven reactivó el cine de terror protagonizado y destinado al público adolescente con la primera entrega de “Scream”, en esta oportunidad han sido los gemelos australianos Danny y Michael Philippou los encargados de insuflar nueva vida al modelo de terror que necesitaba con urgencia lo que ofrece “Háblame”. Mundialmente conocidos por su canal de YouTube RackaRacka, el dúo de cineastas han sorprendido gratamente en esta su ópera prima, demostrando no solo un sólido pulso a la hora de asustar al personal, sino aportando cuestiones de gran calado dramático en este su inquietante retrato generacional.

La presencia totémica de la mano embalsamada de una vidente funciona como perfecto mcguffin dentro de un contexto reconocible en el que se cita un grupo de jóvenes que encontrarán en semejante utensilio paranormal la llave que abra la puerta al Más Allás. De esta forma, y a través del macabro juego, dejan entreabiertta esa puerta a través de la que se cuela lo improbable, fusionando el mundo de los vivos y los muertos. La película logra su cometido de perturbar al respetable, incomodarlo y colocarlo en una tesitura en la que nada parece ser lo que es.

Conocedores del mundo que otorga sentido viral a su historia, los cineastas se sirven de las prácticas habituales nacidas al amparo de las nuevas tecnologías para amplificar los miedos que nacen de una mesa gobernada por una mano tatuada con mensajes crípticos.

Todo lo que acontece en las reuniones queda grabado por sus protagonistas y ello se propaga a través de su difusión en masa. Visualmente, el filme cuenta con una plasmación excelente, la cámara se encuentra siempre en el lugar y momento oportuno lo que, sumado al resto de sus aciertos, hace que la película te agarre la mano y no te suelte.