Joseba ITURRIA
REAL

Un empate condicionado por las decisiones arbitrales

Jaime Latre desde el VAR llevó al debutante Hernández Maeso a anular un penalti pitado en el área del Girona y no quisieron expulsar a Stuani por agredir a Le Normand. Kubo y Dovbyk marcaron los goles.

Olasagasti y Sadiq se lamentan tras no poder aprovechar la doble oportunidad en la última jugada del partido.
Olasagasti y Sadiq se lamentan tras no poder aprovechar la doble oportunidad en la última jugada del partido. (Andoni CANELLADA | FOKU)

La Real no pudo pasar del empate en un comienzo liguero ante el Girona condicionado por dos decisiones arbitrales en el primer tiempo y por las limitaciones de la plantilla blanquiazul. Mikel Merino se sumó a la lista de bajas por unas molestias en el sóleo derecho e Imanol solo pudo contar con uno de los fichajes realizados este verano, Traoré, que necesitará tiempo para adaptarse y pidió el cambio.

El equipo blanquiazul compitió muy bien a pesar de sus limitaciones, creó más y mejores ocasiones, pero solo acertó en la primera de Kubo y vio cómo el Girona le empataba en la única que generó en el segundo tiempo cuando mejor jugaba la Real. Tras el empate los cambios de Imanol no tuvieron el efecto positivo de los de Míchel y solo inquietó en un corner cabeceado por Le Normand y en un doble remate final de Sadiq y Olasagasti.

El colegiado extremeño Hernández Maeso tuvo además una incidencia grande en el primer tiempo. Primero cedió después de no tenerlo muy claro ante la llamada desde el VAR de Jaime Latre para anular el penalti que había señalado a Blind sobre Oyarzabal. Era una jugada que no merecía esa sanción porque el capitán blanquiazul golpeó el balón antes de que el central del Girona contactara con él, pero ese contacto llevaba a que no fuera un error manifiesto que justificara la intervención del VAR. De hecho, el árbitro no se desdijo hasta después de ver muchas veces la repetición y de conversar con Jaime Latre.

Luego ninguno de los dos quiso expulsar a Stuani en la última jugada del primer tiempo por una agresión en el forcejeo que mantuvo con Le Normand por la posición. Es verdad que el bretón también agarró con anterioridad al delantero uruguayo y se jugó el penalti, pero ni se sancionó esa acción ni la posterior agresión y pasado un tiempo lo arregló con dos amarillas. Que para eso tampoco está el VAR...

PARTIDA DE AJEDREZ

En el primer tiempo se asistió a una partida de ajedrez entre Míchel por querer jugar desde atrás e Imanol, que salió victorioso al evitarlo. El madrileño sorprendió al colocar al lateral izquierdo Miguel Gutiérrez en ataque con libertad para intentar romper la presión realista a la salida del balón. Eso llevó a Imanol a adelantar mucho a Zubeldia para emparejarlo con él mientras Zubimendi y Le Normand seguían a los dos delanteros del Girona, Tsygankov y Stuani, en un marcaje casi individual en todo el campo.

Así Imanol consiguió que el Girona tuviera problemas para iniciar su juego y además Kubo aprovechó en el comienzo del encuentro el abandono de Miguel de su lateral para rematar a la red un centro de Aihen desde la izquierda.

La Real tuvo mejores opciones en el primer tiempo, pero el Girona acabó mejor, comenzó a acercarse a la portería de Remiro y tuvo una buena opción de Stuani, que estuvo lento en el control, antes de una falta en el minuto 45 que hizo recordar el empate de la temporada pasada. Miguel Gutiérrez tocó el balón dentro del área libre de marca y Carlos Fernández impidió el gol en una jugada en la que buscaron el remate Blind y el uruguayo antes de la acción polémica.

En la segunda parte el Girona salió decidido a jugar directo para aprovechar que sus cuatro jugadores atacantes estaban emparejados con los cuatro defensas en igualdad numérica, pero las mejores ocasiones las tuvieron Brais, Kubo y Oyarzabal. Solo con los cambios de Míchel el Girona consiguió crear la jugada del gol y los de una Real limitada en el centro del campo no permitieron lograr la victoria que por juego y ocasiones mereció.