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CAMPEONATO DEL MUNDO

Paralluelo impulsa a España a la final

La selección española vence a Suecia, se asegura la medalla y peleará por un título por primera vez en su historia. La entrada en la segunda parte de Paralluelo, que ya resolvió ante Países Bajos, revolucionó el choque, que se decidió en los últimos minutos.

Paralluelo celebra el gol que adelantaba a España en el marcador. (Marty MEVILLE | AFP)

Sigue la fiesta de las primeras veces para España. Llegó al Mundial con el lastre de no haber superado nunca una eliminatoria y ya lleva tres. Ayer ganó por primera vez a Suecia, tampoco lo había hecho nunca con alguna selección que le superase en el ranking FIFA, y eso le llevará a pelear por su primer título, amén de asegurarse una medalla por primera vez en categoría absoluta.

El equipo rojigualdo ha dejado de soñar y ya piensa en el oro. Superó el mazazo de la goleada ante Japón, ha ido superando fases ante rivales cada vez más complicados y llega a la final avalada no solo por sus victorias sino por su juego y, sobre todo, la calidad de sus futbolistas. La lista de jugadoras de máximo nivel es extensa -e incluye a Irene Paredes y Oihane Hernández- pero en este tramo deciviso sobresale Salma Paralluelo, que ya resolvió en cuartos ante Países Bajos y ayer revolucionó el partido con su entrada en la segunda parte.

Con 19 años y un pasado brillante en el atletismo que acabó descartando hace un año al fichar por el Barcelona, la aragonesa ya conquistó el Mundial sub20 el pasado año -reconocimiento a la MVP de la final incluido- y ahora parece decidida a colgarse un oro aún más importante. Es, ahora mismo, la cara visible de una selección que vive el mejor momento deportivo de su historia, pese a lo que no puede ocultar el malestar de muchas futbolistas -varias de las cuales, firmes en sus reivindicaciones, siguen el Mundial desde casa- con los responsables de la Federación española que, se comprobó ayer mismo tras el choque, no van a dejar pasar la posibilidad de reforzar su posición. España corre el riesgo de ser el único lugar en el que ganar un Mundial empeore la situación del fútbol femenino en lugar de mejorarla.

No era, evidentemente, lo que preocupaba a las futbolistas rojigualdas cuando saltaron al campo para enfrentarse a un rival muy diferente a todos los niveles, también en el planteamiento del partido. Quiso el balón, como es habitual, España y tras unos primeros escarceos se lo dejó Suecia. Defendió muy atrás el equipo nórdico ante un rival al que no le sentaron bien las novedades y que no consiguió convertir en ocasiones claras -más allá de un chutazo premonitorio de Carmona y un balón de Aitana- toda su posesión. No sufrió Suecia más de lo que se da por supuesto en una semifinal del Mundial pero a cambio, recuperando el balón tan lejos del área contraria, tampoco inquietó a Coll.

Hasta los cinco últimos minutos del primer tiempo, en los que dio un pasito adelante y generó tanto peligro como España en los cuarenta anteriores. La tendencia fue a más tras el descanso, con Suecia apretando y sufriendo su rival, que ya ni siquiera sujetaba la pelota y mucho menos la acercaba al área rival.

Pero entró Paralluelo y el choque cambió. Se colocó en punta esta vez, lo que permitió a Jenni retrasar su posición, donde es mucho más eficaz, y el juego español gano vivacidad y profundidad por bandas. Se abrió el partido aunque siempre con mejor pinta por el lado rojigualdo y, con la prórroga amenazando, llegaron los goles en una recta final de infarto.

Anotó Paralluelo, respondió Suecia ocho minutos después con el gol de Blomqvist y con el partido ahora sí abocado a treinta minutos extra, llegó el segundo de España. En un córner, a los que Suecia, con Irene Paredes pegada a Ilestedt como una lapa, no había podido sacar el más mínimo jugo en todo el partido. Sin posibilidades por arriba, Tere Abelleira sacó hacia atrás para la incorporación de Carmona que, con un zurdazo impresionante que rozó Musovic y dio en el larguero, permitió a su selección seguir haciendo historia.