GARA Euskal Herriko egunkaria
EDITORIALA

Fin del ciclo de Esparza, oportunidad para Nafarroa


El presidente de UPN, Javier Esparza, anunció ayer en una entrevista que no volverá a ser candidato a la presidencia del Gobierno de Nafarroa. Esparza acumula tres intentos fallidos en los que, aunque su candidatura haya sido la más votada, no ha logrado articular las mayorías necesarias para poder gobernar. Reveló, asimismo, que continuará como portavoz parlamentario y trasladó al congreso que UPN celebrará el próximo mes de abril las decisiones sobre su futuro, asegurando que carece de pretensiones y estará a disposición de lo que el partido decida.

La realidad es que la figura de Javier Esparza va unida al declive que ha sufrido UPN desde que perdiera el Gobierno. Como él mismo reconoce en la entrevista, UPN no hubiera podido ostentar la presidencia de Nafarroa con Miguel Sanz y Yolanda Barcina sin la colaboración del PSN. Pero la entente se rompió en 2015 con la decisión de PSN de no avalar la candidatura de Esparza. UPN estaba siendo cuestionada por amplios sectores sociales a causa de la corrupción, los escándalos y una nefasta gestión, donde sobresale haber provocado la desaparición de la Caja de Ahorros de Navarra. Esa entente con PSN es la que mejor explica la naturaleza de UPN, una formación que fue creada con el objetivo específico de torpedear el fortalecimiento del proyecto nacional vasco. En torno a esa alianza de Estado en la que el PSN se convirtió en la muletilla de la derecha, se articuló en Nafarroa un régimen específico con un carácter marcadamente reaccionario que se mantuvo hasta la llegada de Uxue Barcos a la presidencia en el primer gobierno del cambio. El siguiente gobierno, liderado ya por Maria Chivite, acentuó la pérdida de influencia y poder de UPN que no pudo corregir ni siquiera maniobrando con sus dos parlamentarios en el Congreso de Madrid.

El fin del ciclo protagonizado por Javier Esparza en UPN plantea un futuro lleno de incógnitas para un partido que ha hecho del antivasquismo su razón de ser. Es de desear que la crisis de UPN sirva para avanzar en la normalización de las relaciones entre la Comunidad Foral y la CAV, y para construir una Nafarroa más abierta y dueña de sí misma.