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Interview
Rosario «La Tremendita»
Música

«Lo que más me gusta es ilusionarme y sorprenderme con la música»

Rosario “La Tremendita”, una de las artistas flamencas más innovadoras de los últimos años, revisará, junto a Vicente Soto “Sordera” y Antonio Reyes la figura de Manolo Caracol, en uno de los conciertos destacados de la décima edición del Festival Flamenco On Fire. La cita es mañana.

(Jaime MASSIEU - Alejandra AMERE)

¿Cómo afronta su concierto de homenaje a Manolo Caracol en el Festival Flamenco On Fire de Iruñea?

Para mí va a ser un concierto muy importante. Un evento que se plantea como una experiencia muy interesante con diferentes generaciones, y donde vamos a plasmar la figura de Manolo Caracol desde tres perspectivas muy distintas.

¿Qué supuso para usted la figura del cantaor sevillano?

Manolo Caracol forma parte de mi aprendizaje, de mi infancia, y de mi casa; ha estado presente toda mi vida, lo he estudiado y lo he disfrutado y, de alguna manera, me puedo considerar muy “caracolera”. De hecho, tengo el Premio nacional de Córdoba “Manolo Caracol” que gané con 18 años… Imagínate lo que fue eso para mi familia, para mi abuela que de pequeñita me cantaba todas las zambras de Manolo. También recuerdo que mi padre me impregnó muchísimo su originalidad y lo anárquico que era; algo que, posteriormente, yo fui plasmando en mi forma de interpretar, dentro de lo que era mi cante, y que luego fue evolucionando hacia algo más personal.

Además, en este concierto estará acompañada por Vicente Soto «Sordera» y Antonio Reyes. ¿Es especial para usted también esta colaboración?

La verdad es que para mí es un honor estar con dos compañeros a los que admiro tanto. Vicente, que pertenece a una generación anterior, y al que incluso también he estudiado, junto a Antonio, que ya es más cercano a mí en edad, y que también, de una forma diferente a la mía, es muy “caracolero”.

A mí me toca hacer en el recital la parte más contemporánea o más abierta… cojo la esencia más anárquica de Caracol, y la llevo a mi manera de interpretarlo.

Me hablaba de esa anarquía, ya en tiempos de Manolo Caracol. ¿Cómo puede ser que todavía haya «puristas» en el flamenco, siendo de por sí un género tan abierto?

En todas las épocas, todo lo que supone un cambio se ha puesto en duda, y eso forma parte del flamenco y de casi todo en la vida. Pero, al final, el flamenco va evolucionando y va teniendo su pulso natural conforme se va viviendo.

¿Piensa, por lo tanto, que son absurdas polémicas como las que, en su momento, hubo con «La leyenda del tiempo» de Camarón, o con el «Omega» de Enrique Morente junto a Lagartija Nick?

La polémica en el ser humano existe, y eso forma parte de nosotros… y ¡anda que no nos gusta una buena polémica! (risas). Pero todo eso pertenece, más bien, a los críticos, a los flamencólogos o al público, porque el artista se centra en hacer su arte y en contar su verdad de la manera que ve conveniente en cada momento. Es una necesidad vital que tenemos, y todo lo demás es ajeno a nosotros. En mi caso, yo me mantengo al margen de todo eso. Lo que más me gusta del mundo es ilusionarme y sorprenderme, y hacer música para compartirla con la gente, y en eso es en lo que me centro, olvidándome de todo lo demás, porque es imposible tener el control sobre todo.

¿No cree que, después de tanta renovación a lo largo de los años, debería enterrarse de una vez por todas la etiqueta de «nuevo flamenco»?

Sí. El flamenco se renueva constantemente desde que empezó, y así seguirá siendo. Mientras siga así de vivo, es un género que no dejará de transformarse y de evolucionar dentro de su curso natural. De hecho, cuando Manolo Caracol cantaba aquellas zambras con piano, en aquel momento ya suponía un cambio, y ya era otra personalidad, así que mira desde cuando se está renovando el flamenco.

Flamenco On Fire celebra su décima edición con un cartel que se ha ido consolidando a lo largo de los años. ¿Sorprende todavía ver cómo se vive el flamenco en Euskal Herria?

El norte es una maravilla para todo, yo soy muy fan de vuestra tierra, y a mí no me sorprende para nada, porque creo que el flamenco es una música capaz de transmitir en cualquier parte del mundo, y se agradece que haya tanta afición también por ahí. El flamenco es un lenguaje universal que puede conquistar el mundo entero, y aunque existan ciertos clichés, no te creas que el flamenco gusta más en Sevilla que en Pamplona.

En lo personal para usted, me gustaría hablar de su último trabajo hasta el momento, «Tremenda. Principio y origen’». ¿Al revisar las canciones de «Tremenda» en clave flamenca, intentaba demostrar, de alguna forma, que todo viene de la misma raíz, aunque se utilicen otros elementos como la electrónica?

Yo no hago ningún trabajo para demostrar nada, lo que pasó fue algo muy orgánico. La primera entrega de ‘Tremenda’ fue electrónica y me pasé toda la grabación insistiéndole a mi productor, Pablo Martin Jones, en que quería meter guitarra en todo, porque es mi verdadera pasión, mucho más incluso que el cante o cualquier cosa; pero él no lo veía, y me decía que me hiciera un disco de guitarras, hasta que yo le respondí: ‘No, no voy a hacer un disco de guitarras… voy a hacer este disco de guitarras’. Me generaba mucha curiosidad ver cómo sonarían estas canciones que, a priori, parecía que estaban muy alejadas del flamenco, interpretadas por todos esos guitarristas que están ahí, y a los que tanto admiro. Al final salió una cosa muy bonita y que a mí me hizo mucha ilusión.

A mí me surge una duda con estas canciones, una vez vistas en ambos formatos: ¿fueron concebidas inicialmente como temas flamencos, o ya estaban pensadas con esos arreglos electrónicos?

Hay de todo, la verdad. La composición de algunos de los temas surgió en el estudio, pero había otros que yo ya traía desde casa, algunos compuestos con bajo y otros con guitarra, lo que supone un proceso creativo totalmente diferente. Luego, lo que se hizo fue unificar ese trabajo en el estudio con el productor. Pero a la hora de hacer canciones, si tengo que pensar en algo, lo primero en lo que pienso es en flamenco y en cante, y a partir de ahí, puede haber una bandurria, un sintetizador o un bajo…

En el disco participan guitarristas de la talla de Raúl Rodríguez, José del Tomate, Niño Josele, Dani De Morón, Rafael Riqueni, «El Paquete»… se habrá quedado a gusto con esta lista de colaboraciones de lujo, ¿no?

(Risas) Pues sí… pero todavía me ha faltado alguno, ¿eh? Creo que tendría que hacer varios discos de este tipo, porque la guitarra está actualmente a un nivel altísimo y hay cantidad de guitarristas maravillosos. Pero sí me he quedado muy a gusto porque, aunque no están todos los que son, sí son todos los que están.

¿Son fundamentales esas colaboraciones entre músicos para que el flamenco siga creciendo?

Esa es la manera que tiene el flamenco de enriquecerse, porque es un género que fluye de la generosidad y la comunicación con otras músicas y disciplinas artísticas, y que a su vez, va enriqueciendo también a otras artes.

De lo que parece que no hay que preocuparse es del relevo generacional, con la aparición constante de nuevos nombres en el género, ¿verdad?

Sin duda, y a mí me da un poco de vértigo, porque cada vez que llegan nuevas generaciones me recuerda que yo ya no estoy en la de los jóvenes (risas). La verdad es que hay unos nuevos artistas con muchísimo talento pisando fuerte, y con ganas de seguir creciendo en el flamenco para que nuestra música siga su curso.