Remco Evenepoel (Soudal) superó ayer con claridad a los líderes del Jumbo, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic, en el primer final en alto en Arinsal (Andorra) de una Vuelta que pasa a liderar gracias a la bonificación de su victoria.

El Jumbo demostró su fortaleza en la subida final al colocar a sus cuatro corredores más fuertes en el grupo reducido que quedó en cabeza tras el trabajo de Jay Vine (UAE) para atrapar a Lennard Kämna (Bora) y Damiano Caruso (Bahrain), los más fuertes de una fuga de nivel en la que entró Jon Barrenetxea (Caja Rural), uno de los que más aguantó al alemán y al italiano.

Juan Ayuso lanzó el primer ataque de los corredores importantes y Jonas Vingegaard demostró estar mejor que Primoz Roglic en toda la subida al responder y llevarse con él a los corredores más importantes. Sepp Kuss buscó en ese momento la victoria en solitario y el UAE respondió con Marc Soler, pero no tuvieron margen de los demás. Mas intentó vestirse de rojo al ser el mejor colocado en la general de los corredores del primer grupo y Evenepoel manejó con inteligencia la subida bien apoyado por su equipo. Lanzó el sprint desde lejos y Vingegaard no pudo aguantar su rueda. Roglic solo fue cuarto tras Juan Ayuso en una llegada que parecía propicia para él.

Mikel Landa, que ya había anunciado que no tenía buenas sensaciones para cumplir con el objetivo de pelear la general encomendado por Bahrain, cedió a tres kilómetros del alto y perdió 1:29. Geraint Thomas, segundo del Giro, se descolgó poco después y, con la ayuda de un Egan Bernal que va a más, llegó a 49 segundos del flamenco del Soudal.

CAÍDA TRAS PASAR LA META

La Vuelta vivió una desgracia más en su accidentado comienzo y Remco Evenepoel, que tuvo tiempo para levantar los brazos, no lo encontró para frenar la bicicleta en la bajada posterior y chocó con una auxiliar para sufrir una aparatosa caída. Acabó con la cara ensangrentada y enfadado como tras la crono de la primera etapa.

El flamenco comentó que «no me ha pasado nada especial ni preocupante. Solo ha sido algo de piel perdida y una pequeña brecha, pero de nuevo ha sido una cuestión de seguridad y es el tercer día consecutivo. Nos están tocando las pelotas hasta ahora. No había espacio tras la meta».

Klaas Lodewyck, su director deportivo, dijo que «es un incidente muy desafortunado que debía haberse evitado. Es una mierda. Hacemos todo lo posible para salvar la etapa con seguridad durante dos días y luego caes en la cima, donde hay poco espacio... Lo bueno es que puede andar normalmente y verlo reírse».

La cuarta etapa entre Andorra la Vella y Tarragona, de 184,6 kilómetros, presenta dos puertos de Tercera en los últimos 55 kilómetros que no deberían impedir la primera llegada masiva con Molano, Groves, Coquard y Dainese como principales favoritos.