Iratxe FRESNEDA
Docente e investigadora audiovisual

Preservarnos

Nunca una cuestión fue tan evidente como la invisibilización de las historias, esas que quedan en los márgenes, en la memoria de una pocas. Una invisibilización propiciada por la épica de los relatos de los grandes héroes y villanos asociados a nuestra cultura. Muchas de esas historias olvidadas pertenecen, en gran parte, a las mujeres. No importa lo extraordinaria o banal que parezca su historia, probablemente nadie se acuerde de ella cuando sus protagonistas hayan desaparecido. A veces existe un intento forzado e institucionalizado de recoger y difundir estas historias olvidadas de forma descuidada y apresurada, sin una mirada precisa, pausada y poética y eso es algo que en poco ayuda a la creación de un relato compartido más plural e interesante. Recientemente he tenido la oportunidad de ver la serie localizada en Australia “Las flores pérdidas de Alice” (dirigida por Glendyn Ivin), una serie que precisamente reivindica la necesidad de preservar y defender los relatos de las mujeres, concretamente de aquellas a las que la violencia ha tachado de las comunidades, ha victimizado, no ha creído o ha abandonado. La serie es delicada pero directa, con unas interpretaciones (Sigourney Weaver está entre ellas) y una realización impecables. La sororidad, las historias de las mujeres, se cuentan en esta serie basada en el superventas homónimo escrito por Holly Ringland, de un modo magistral, con un saber hacer que necesita todo relato necesario.