Con la confirmación de que ayer se iba a celebrar en el Legislativo porteño un acto de «homenaje a víctimas del terrorismo», convocada por Victoria Villarruel, diputada y compañera de fórmula presidencial del ultra Javier Milei, y el paso de las horas, cada vez más legisladores, actores de la sociedad civil, movimientos de izquierda, sindicatos y organizaciones de derechos humanos se sumaban a la movilización de repudio convocada frente a la sede legislativa contra este acto considerado negacionista de la última dictadura y «defensor del genocidio».

Villarruel, quien integra junto a Milei la fórmula presidencial más votada en las elecciones primarias de agosto, convocó un acto en «homenaje a las víctimas» de las organizaciones guerrilleras Ejército Revolucionario del Pueblo y Montoneros, que operaron durante la década de los 70 y fueron blanco del «terrorismo de Estado» ejercido durante la última dictadura (1976-1983). En el acto estaba previsto que dieran su testimonio familiares de algunas «víctimas» de acciones guerrilleras.

La candidata de La Libertad Avanza creó en 2006, como reacción a la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad, el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, una rama de la Asociación Unidad Argentina, conformada en 1993 por militares que participaron de la represión.

«TERRORISMO DE ESTADO»

Para los organismos de derechos humanos, la diputada Villarruel, que intenta presentarse como una defensora de las «víctimas del terrorismo» y siempre ha mantenido, frente a lo que sostiene la Justicia argentina, que «el terrorismo de Estado no existe», pretende reivindicar el horror de la última dictadura militar.

«El único terrorismo fue estatal», aseveraron los convocantes del acto de repudio, en la que recordaron a las 30.000 víctimas del «genocidio» perpetrado por la dictadura.

No es la primera vez que familiares de víctimas de las guerrillas o círculos cercanos a militares condenados por la sangrienta represión del régimen militar hacen este tipo de actos, que los organismos de derechos humanos interpretan como defensa del «terrorismo de Estado» y que calificaron el acto de ayer como una «provocación» que «no sólo niega y falsea la verdad histórica, sino que ofende la memoria colectiva».

«Les molesta que pidamos derechos humanos para todos y que sepamos la verdad de lo que hicieron los terroristas, quieren amedrentarnos con escraches y amenazas como en los 70. No quieren que se sepa la verdad, porque la izquierda es la tiranía hecha ideología, pero vamos a honrar a nuestros muertos», escribió Villarruel en X.