A este Alavés, que hasta el primer parón de la temporada había igualado el segundo mejor inicio en Primera División, le está costando sumar a domicilio. Ayer sufrió su tercera derrota fuera de casa ante un Rayo que llegaba al duelo después de perder dos partidos seguidos, ambos en casa, y habiendo encajado 7 goles en uno de ellos (0-7 contra el Atlético de Madrid).

En un partido de alta tensión y de muchas idas y vueltas, un tanto solitario de Isi Palazón, de penalti, poco antes del descanso decantó la balanza a favor de los vallecanos, que de esta forma superan en la tabla al Glorioso.

Álex Sola, en el extremo derecho, y Abdel Abqar, en el eje de la zaga, fueron las únicas novedades en el once de Luis García Plaza, que empieza ya a perfilar su once tipo. El centro del campo formado por Guevara, Blanco y Guridi, por ejemplo, parece innegociable y se presupone que Sola le ha cogido la delantera a Xeber Alkain en el costado derecho.

El donostiarra, precisamente, fue protagonista en las dos áreas. En una recuperación de Guridi, Guevara envió un balón al espacio para la carrera del “7” albiazul, que sirvió atrás el esférico para la llegada sin rival del azpeitiarra, que no enganchó bien el disparo.

A pesar de protagonizar varias llegadas al área rival, Dimitrievski no tuvo apenas trabajo (solo un disparo a puerta en 60 minutos), al contrario que Sivera, que antes de enfrentarse a Isi en la pena máxima, había desbaratado dos acciones peligrosas.

Ya con el 1-0 en el marcador y todo el segundo tiempo por delante, Luis García Plaza trató de buscar alternativas desde el banquillo, pero fue el equipo local, que incidió más en ataque, el que consiguió el gol de la sentencia a falta de diez minutos para el final con un remate de Jorge De Frutos.