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FÚTBOL

Un viaje por imperativo legal y una búsqueda de soluciones contrarreloj

Las internacionales españolas se concentraron ayer en Valencia contra su voluntad, por temor a que la Federación Española pudiera tomar represalias. El presidente del CSD Víctor Francos se desplazó a la concentración y aseguró que no habrá sanciones.

Eva Navarro y Oihane Hernández conversan a su llegada a Oliva. (José JORDÁN | AFP)

Poco ha cambiado en los nombres la Federación Española y nada en las formas. Así que tras la amenaza, más o menos velada, de que su ausencia en la concentración podría acarrearles sanción -multa de hasta 30.000 euros y entre 2 y 5 años de suspensión de licencia-, las futbolistas citadas por Montse Tomé para la disputa de los dos primeros partidos de la Liga de Naciones, entre las que se encuentran Amaiur Sarriegi, Irene Paredes y Oihane Hernández, acudieron a la concentración de la selección española.

Por imperativo legal porque en la noche del lunes recordaron que su comunicado del viernes «deja claro y sin ninguna opción a otra interpretación nuestra firme voluntad de no ser convocadas por motivos justificados. Estas afirmaciones siguen plenamente vigentes». Una nota firmada conjuntamente por la mayoría de las convocadas -además de varias campeonas del mundo no citadas en esta ocasión y otras internacionales-, a la que se unió la de Jenni Hermoso. La nueva seleccionadora española aseguró que había decidido no convocarla como medida de protección. Y Hermoso se preguntaba «¿protegerme de qué? ¿o de quién?», cuando en la misma rueda de prensa de Tomé «se ha intentado argumentar que el ambiente sería seguro para mis compañeras». Además, se mostró convencida de que «es otra estrategia de división y manipulación para intimidar y amenazarnos con repercusiones legales y sanciones económicas. Otra prueba indiscutible que demuestra que nada ha cambiado a día de hoy y que confirma la razón por la que estamos luchando y como lo estamos haciendo».

A tres días de que España se enfrente a Suecia, tocaba la entrada en escena del presidente del Consejo Superior de Deportes Víctor Francos que, si por algo ha destacado, ha sido por su permisividad con Luis Rubiales en la relación con la Liga F y, tras el escándalo de la final del Mundial, por sus cambios de criterio respecto al «affaire» Rubiales y la situación de las internacionales. La noche del lunes aseguraba a la cadena Ser que si las futbolistas «no se presentan, al CSD no le quedará más remedio que aplicar la ley».

Pero ayer, después de que su superior, el ministro español de Cultura y Deporte Miquel Iceta, que tampoco ha sido un ejemplo de coherencia y contundencia en este caso hasta ahora, se mostrara tajante en su crítica al proceder de la RFEF, Francos adaptó su discurso, sentenció que «lo sucedido es inaceptable» y se personó en la concentración de la selección española para hablar con las futbolistas. Su intención es «escucharlas», «buscar soluciones» e «impulsar la renovación» de la Española. En principio, y en el plazo inmediato, intentaría convencerles de que jueguen, pero en el caso de que alguna jugadora quisiera marcharse, el CSD no actuaría de oficio y trataría de convencer a los responsables federativos para que no hubiera sanción alguna. Al cierre de esta edición, la reunión aún no había concluido.



«Si es venir o sancionar, tendremos que venir»

Las caras de las futbolistas al llegar a la concentración lo decían todo. Fueron pocas las que se animaron a hablar y se mostraron muy escuetas aunque contundentes. «No», zanjó Misa cuando se le preguntó si estaba contenta por la citación o «mal, cómo me voy a sentir» respondió Alexia.

La que más se prodigó y, como acostumbra, también la más clara, fue Mapi León, que habló con los periodistas a su llegada al aeropuerto de Valencia. La central del Barcelona se reconoció enfadada después de que «nos han metido en la lista sin preguntar» y aunque «espera» que la intervención del CSD sirva de algo, reconoció no saber si hay motivos para el optimismo con esa vía.

Al ser cuestionada sobre si las jugadoras se sienten arropadas, contestó que «por la gente sí pero igual no por quien deberíamos».

Confirmó, además, que la mayoría de las internacionales españolas -Athenea del Castillo se desmarcó de sus compañeras el pasado viernes pese a abogar- viajaron por obligación. «Deberíamos hablar largo y tendido de si es un entorno seguro o no cuando venimos obligadas», denunció Mapi León. «Mi postura siempre ha sido muy clara, en ningún momento he cambiado de opinión y he renunciado a mucho -recordó la aragonesa, una de las siete que renunció al Mundial al mantenerse firme frente a la RFEF-. Pero si es venir o sancionar, tendremos que venir». A.U.L.