El saludo en la foto oficial de las jugadoras con el puño izquierdo en alto para que se viera que llevaban una pulsera ligera que ponía #SeAcabó# ha dado paso a una cascada de conclusiones y conversiones. Como rezaba en una pancarta posterior compartida por las jugadoras suecas con el subtítulo «Nuestra lucha es una lucha global» estamos ante un movimiento como el de atletas afrodescendientes en unas olimpiadas, vamos a llamarlo, para orientarnos en nuestras confusiones paleo machistas, “Woman Power”.

Ganaron. Y eso ha enmudecido a los machos fascistas de algunas redacciones deportivas. La inmensa mayoría de cronistas de este partido son mujeres. Un efecto más. Marcó Athenea, jugadora del Real Madrid que fue la única campeona que acudió de manera directa a esta controvertida convocatoria y que no firmó ningún documento junto a las demás. Instantáneamente Alexia Putellas se abrazó a ella, acudieron otras jugadoras y se vio como la Putellas gritaba, «¡Todas juntas, todas!» por si quedaba algún resquicio de duda sobre el talante de estas mujeres que entienden y acogen a quienes piensan o reaccionan de manera diferente ante las situaciones.

Apartando la mirada sobre esta actualidad política relevante, el barullo se acrecienta con la campaña indecente de la banda de Aznar a favor del transfuguismo y la advertencia de Joe Biden de que acudirá a manifestarse junto a los huelguistas del motor. Por eso se recibe con regocijo la noticia de que restos de Ciudadanos y UPyD van a crear una alternativa llama “Tercera España”. ¿Cuáles son las otras dos?