El tema del crimen sin castigo es una de las obsesiones más recurrentes que solemos topar en las películas de Woody Allen. El neoyorquino lo ha explorado de forma profunda y psicoanalítica en “Delitos y faltas,” “Match Point” o “Irrational Man”. Su nueva película, estrenada en la última edición de Venecia, ha sido comparada, incluso antes de que sonara el primer golpe de claqueta, con dichas películas debido a su sinopsis: un triángulo amoroso donde uno de sus vértices parece sobrar. La película de Allen parece encajar en la estantería mental del director organizada bajo la influencia de Dostoievski. Sobre todo ello, Allen dijo que «creo que la suerte y el azar juegan un papel mucho más importante de lo que la gente está dispuesta a reconocer: les gusta pensar que si trabajan duro, si se aplican y son disciplinados, podrán controlar sus vidas. Pero eso solo es una verdad a medias, a pesar de que es una idea que puede resultar desconcertante».

UN REENCUENTRO

“Golpe de suerte” nos traslada a París, comenzando con el encuentro fortuito entre Fanny (Lou de Laâge) y Alain (Niels Schneider). En su juventud, compartieron aulas en el instituto, y este reencuentro resultará un tanto accidentado.